El independentismo arruina la vida y la reputación a su científico de cabecera
Oriol Mitjà, uno de los primeros epidemiólogos en atisbar la magnitud de la pandemia, ha pasado de ser el "niño bonito" de Quim Torra a convertirse en un juguete roto más.
Oriol Mitjà se ha convertido en el último juguete roto del independentismo, como antes que él lo fue José Luis Trapero. "Me apedrean los que antes me ensalzaban", se quejaba amargamente en Twitter.
El infectólogo catalán, uno de lo que primero dio la voz de alarma sobre la gravedad de la pandemia que se venía encima, ha sido abandonado a su suerte por la misma Generalitat que hace unos meses le adoptó como experto de cabecera en la lucha contra la Covid-19.
Mitjà ha dejado de servirle a Quim Torra. Primero, porque el ensayo clínico que estaba dirigiendo ha fracasado cuando el independentismo ya soñaba con encontrar un tratamiento que situara a Cataluña en el foco mundial. Y segundo, porque a la Generalitat no le gustó el plan de desconfinamiento que el científico diseñó a petición de ésta. Según se dijo, sin cobrar un solo euro por ello.
En una entrevista en RAC 1, Mitjà se quejó este martes de la "politización" de la pandemia en Cataluña y de cómo le ha utilizado a él mismo. Y también de que la Generalitat primero le encargara un plan de desescalada y después, como no le gustó, aplicara el de la Agencia de Salud Pública de Cataluña, con ideas "más conservadoras".
Según el epidemiólogo, él "nunca" ha estado al servicio de ningún partido, pero lo cierto es que durante meses se dejó querer por Junts per Catalunya y agasajar en sus poderosos medios de comunicación, empezando por TV3. Y se puso como el que más el lazo amarillo en la solapa.
Ahora, expulsado de la mesa presidencial del independentismo, ha decidido recluirse en su laboratorio: "Seguiré haciendo investigación para buscar medicamentos contra el Covid-19 para salvar vidas en la próxima ola, a menos que prefieran seguir atacándome".