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El Gobierno critica las murallas "franquistas" de Ávila en una delirante campaña

Para defender al colectivo gay, desde el Ejecutivo se ha arremetido contra aquellos símbolos que considera opresores y representativos del régimen franquista, como el histórico monumento.

Las murallas de Ávila, en el punto de mira del Gobierno

Publicado por
M. Vila

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Las murallas de Ávila son un símbolo de opresión franquista. Sin más. Así de contundente y de disparatada a la vez es la sentencia del Gobierno de Pedro Sánchez para el histórico monumento de la ciudad castellana, deslizada en una delirante campaña institucional que ha levantado la indignación en las redes.

El mensaje en cuestión forma parte de una campaña estatal para mostrar su compromiso con el colectivo LGTBI, así como su apuesta por la diversidad y la lucha contra la discriminación. Dentro de esta iniciativa Correos ha llevado a cabo una serie de acciones por el Día del Orgullo 2020.

Así, ha lanzado su primer sello dedicado al colectivo, con el que se suma a esta celebración mundial. Al mismo tiempo, ha decidido pintar con la bandera arcoiris alguno de sus buzones y también alguno de sus vehículos, que abandonan de este modo su tradicional color amarillo.

Hasta ahí, nada objetable. Lo que sí ha levantado ampollas son los tuits que desde la Dirección General de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, dependiente del Ministerio de Igualdad de Irene Montero, para aplaudir y defender esta acción promocional. En concreto, los firma Boti García Rodrigo, histórica activista del colectivo gay que ostenta el cargo de directora general.

En un extenso hilo, García Rodrigo recuerda que forma parte de una 'estirpe' de funcionarios de Correos, de ahí que para ella sea aún más emblemática este paso adelante. "Tantos años de sellos de Franco, (¡Franco, Franco, Franco!), don Pelayo, bordados regionales, fauna salvaje o las murallas de Ávila. O Pemán. Toda una vida de sellos de España, de aquella España imposible", escribe en la cuenta oficial de este organismo gubernamental.


La indignación entre los tuiteros no se ha hecho esperar. Además de criticar que la directora general use una cuenta estatal para "contar su vida", han proliferado los mensajes de protesta y queja ante un comentario sectario y tremendamente injusto para una de las joyas del patrimonio histórico y artístico español, y por extensión para toda la ciudad y sus vecinos.