Almeida activa a las víctimas contra Sánchez por dejarlas tiradas en el funeral
La decisión de Sánchez de no acudir a las exequias celebradas en la Catedral de La Almudena ha provocado la reacción del alcalde de Madrid, que ha afeado en público su desplante.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha dado una nueva lección al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se borró por completo del funeral en homenaje a las víctimas del coronavirus organizado por la Conferencia Episcopal y que se celebró la tarde de este lunes en la Catedral de La Almudena.
Sánchez ya tenía claro desde el inicio, y más con Podemos al lado, que no organizaría ni participaría en ningún oficio religioso para recordar a los fallecidos, a pesar de que los Reyes presidieron el acto, dando la solemnidad que se merece.
De hecho, al presidente le surgió una cita de última hora con su homólogo portugués, Antonio Costa, con el que había estado hace menos de una semana, pero al que tenía que volver a ver, por lo que mandó como emisaria, en representación del Gobierno, a la vicepresidenta Carmen Calvo, la habitual cara visible del Ejecutivo ante la Iglesia Católica.
Por este desplante, que solo responde al interés de Pedro Sánchez de dar más relevancia al tributo organizado por el Gobierno el jueves de la próxima semana en la plaza de la Armería del Palacio Real y que carecerá de cualquier connotación religiosa, Almeida ha querido mandar un mensaje al presidente del Gobierno. Un golpe sereno y sin excesos pero que deja a Sánchez en el peor lugar posible.
"Como alcalde de Madrid le hubiera agradecido su presencia en el funeral por las víctimas del COVID", ha señalado el primer edil de la capital, para después añadir que "su memoria nos debe impulsar a todos para hacer una sociedad mejor".
Almeida además ha utilizado las redes sociales para enviar todo el "cariño y apoyo a los familiares y amigos de las víctimas", para después añadir que "el Madrid de futuro se construye hoy bajo su ejemplo de lucha".
Un mensaje que deja a Sánchez en el peor lugar posible por su falta de respeto a las víctimas de la pandemia a las que no ha querido rendir tributo por el sectarismo del Gobierno, ya que prefiere alejarse de cualquier reivindicación religiosa, a pesar de que su desplante suponga un desprecio para los más de 44.000 muertos que, además, sigue sin reconocer.
Casado también ha "lamentado" la ausencia de Sánchez
Por su parte, el líder del PP, Pablo Casado ha afeado la falta de empatía del presidente con las víctimas del coronavirus y a través de su perfil oficial en las redes sociales, ha recordado que "España ha sufrido una terrible pandemia en la que más de 40.000 compatriotas han muerto en soledad y sus familias ni se han podido despedir de ellos".
Por ello, sí que quiso estar presente en el "emotivo funeral" organizados por los obispos para rendir un homenaje "presidido por los Reyes en el que lamento que no haya estado Pedro Sánchez". ha señalado el líder de los populares.
También el portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, ha acusado a Sánchez de no comprender nada y de hacer un "feo" muy "grave" a los familiares de los fallecidos con su ausencia, un gesto "impropio" de un político y, a su juicio, especialmente de un presidente del Gobierno.
Según el dirigente popular, Sánchez quiso demostrar su "anticlericalismo" a las víctimas, a los familiares que encontraron consuelo en una ceremonia religiosa y al resto de personas que se sintieron representadas en un funeral de este tipo.
"Lo digo con mucho pesar, me duele tener un presidente que en un momento como este no tiene sensibilidad personal para hacer una cariñada a todas las víctimas, un gesto de respaldo aunque sea en un funeral católico", ha zanjado.
Ni rastro de la televisión pública
Pero Sánchez no fue la única ausencia destacable en las exequias celebradas en La Almudena, sino que las cámaras de TVE tampoco estuvieron en el acto, a pesar de haber retransmitido otros eventos a bombo y platillo como la exhumación de Franco. Un hecho que ha vuelto a poner de manifiesto la carga ideológica del ente público dirigido por Rosa María Mateo, que al servicio del Gobierno ha silenciado el acto.
Y es que, además, al margen de cuestiones políticas y religiosas, lo que tampoco quería oír Sánchez ni en directo, ni a través de la televisión pública, fueron algunos gritos de "Gobierno, asesinos", que se pudieron escuchar en el exterior del templo al término de los oficios.
Por ello, no acudió a una misa mientras que sí que ha estado presente, al igual que Pablo Iglesias en otros homenajes religiosos. Ambos acudieron a la ceremonia religiosa oficiada en Canillas por dos policías asesinados en Kabul, Sánchez también acudió como presidente del Gobierno, en octubre de 2018, al funeral de la soprano Montserrat Caballé, e incluso Iglesias asistió al funeral por las víctimas del terremoto de Ecuador que se celebró en la Catedral de La Almudena en 2017.
Pero esta vez no tocaba. Se optó por la ausencia a pesar del desplante envolviendo de sectarismo el intento de Sánchez de minimizar todo lo que tenga que ver con los fallecidos, porque el próximo jueves, el homenaje "oficial" tendrá otro tono, el de rendir homenaje a los "héroes" de la pandemia, dejando a un lado los ataúdes y las cifras que nunca ha querido mostrar.