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El rebrote sin control de Lérida arrolla a Torra y al independentismo incapaz

La Generalitat trata ahora de esconder su tardía y cuestionable gestión bajo la obligatoriedad de la mascarilla en toda Cataluña y en todas las circunstancias a partir del jueves.

Quim Torra este miércoles en el Parlament.

Publicado por
A.I.M.

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La gestión que el inhabilitado Quim Torra viene haciendo del rebrote en la comarca del Segriá, en Lérida, ha sacado las vergüenzas del Govern de JxCAT y ERC, que este miércoles para intentar taparlas decretaron el uso obligatorio de la mascarilla en toda Cataluña y en todas partes, aun manteniendo la distancia de seguridad.

Resulta que debajo del antifaz de la estelada lo que hay es un Ejecutivo incapaz de reaccionar y embridar un problema de salud pública que viene principios de junio. Un mes lleva yendo por detrás del virus la Generalitat. Porque fue el 4 de junio cuando por primera vez el alcalde de Serós, Josep Antoni Romia, dio la voz de alarma: medio centenar de temporeros de la fruta que trabajaban en una empresa del pueblo se encontraban aislados después de que uno de ellos hubiera dado positivo.

Entonces el jefe de Epidemiología del Hospital Clínic, Antoni Trilla, uno de los expertos que forma parte del comité científico que lleva meses asesorando a Pedro Sánchez, se felicitó de que la detección hubiese llegado "a tiempo". Y auguró que no habría cadena de transmisión.

No contaba Trilla con que los temporeros, cuyas condiciones de hacinamiento e insalubridad en Lérida llevan años denunciando las ONGs (no es de ahora), acabarían siendo, muy a su a pesar, grandes aliados del virus.

Vaya si hubo transmisión, ante la mirada obtusa de un president más preocupado por reclamar y tener las competencias que por realmente ejercerlas. De hecho este miércoles en el Parlament, cuando Ciudadanos, el PSC y el PP le reprocharon la lentitud de la Generalitat en el foco de Segriá, donde ahora hay confinadas 200.000 personas desde el sábado, Torra echó de nuevo balones fuera hacia el Gobierno central: "Nos hemos avanzado siempre", sostuvo.

Remató su consejera de Salud, Alba Vergès, a la que el PP ha exigido su dimisión. Ella, desbordada, trató de escudarse en que el caso de la comarca leridana es de "una complejidad brutal". Y añadió que la Generalitat ha tomado siempre las decisiones "cuando toca, ni antes ni después". Cuando el propio Fernando Simón lamentó el lunes que Torra no tomara la decisión de confinar a la población de Segriá antes.

"Semejante nivel de incompetencia en una democracia moderna solo puede significar asumir responsabilidades y que otra persona asuma sus labores de gobierno ante los retos dificilísimos que tenemos que asumir", le espetó el popular Alejandro Fernández a Vergès en el Parlament.

Voluntarios repartiendo mascarillas en Lérida.

Porque la realidad es que hoy por hoy Cataluña es la región con más nuevos positivos. Solo en Lérida son 74 en el último día y 538 en la última semana, y hay 68 pacientes ingresados en los hospitales. La Covid-19 se extiende silenciosa, y de hecho la gerente de la Región Sanitaria de Lérida ya ha ido preparando a la opinión pública. Este martes Divina Farreny pidió a la población que no se "escandalice" por el número de casos que habrá en los próximos días.

Los médicos temen que el sistema de salud colapse en las próximas 48 horas a este ritmo, y por ello ya se plantean derivar a los pacientes críticos a otras provincias. Además ha habido que reclutar de urgencia a 250 sanitarios.

Y mientras, cientos de inmigrantes ilegales que ni siquiera acuden a hacerse la prueba PCR vagan y malviven en las calles de la comarca, atrapados por el confinamiento y sin nada que comer. Pero para el alcalde de Lérida, eso también es culpa del Estado. Según Miquel Pueyo, de ERC, es el Gobierno central el que ha llevado los temporeros allí: "A estas personas se las va barriendo de un punto a otro de la península, lo que agrava su situación de pobreza y el riesgo sanitario, porque es difícil que puedan cumplir las precauciones", afirmó sin rubor.