Otegi, Junqueras y Pontón asustan a Sánchez en el aniversario más doloroso
El independentismo hace pinza y los líderes de Bildu, ERC y el BNG se intercambian halagos y alianzas, incluso en una efeméride terrible que Otegi pasó en la playa.
Arnaldo Otegi no se presentaba directamente, pero nadie le quita la paternidad del subidón de Bildu, segunda fuerza política del País Vasco: su mejor éxito coincide con el aniversario exacto del asesinato de Miguel Ángel Blanco.
Un 13 de julio de 1997, ras tres días de secuestro, el joven concejal del PP en Ermua apareció en un decampado con varios disparos y fue trasladado al hospital, donde murió con toda España en vilo y las manos alzadas en blanco.
Otro 13 de julio el recuento definitivo, a falta del voto extranjero, ha confirmado el avance de la vieja Batasuna, con 22 diputados, a solo 9 del PNV y más que duplicando al PSOE, con solo 10 actas. "La izquierda soberanista es el futuro de Euskal Herría, Catalunya y Galiza", celebró entusiasmado el resultado ya de madrugada, dando una clave para sus "hermanos" separatistas que todos han comprado.
El independentismo se ve, frente al Gobierno, como un todo, una especie de frente unido capaz de intervenir a La Moncloa por los escasos diputados propios del PSOE y la incipiente debilidad de Podemos. Oriol Junqueras lo reconoció a los pocos minutos con un mensaje directo al propio Otegi: "Felicidades a Bildu y al Bloque, grandes resultados de las fuerzas independentistas y de izquierdas".
La fiesta de tres comensales la remató Ana Pontón, la gallega que ha hecho del BNG segunda fuerza y de ella misma jefa de la oposición a Feijóo frente a un PSOE desdibujado por Gonzalo Caballero; el sobrino del alcalde de Vigo que seguirá preguntándose si con él de candidato hubiera pasado lo mismo.
"Aspirábamos a más, pero hemos triplicado fuerzas y somos una alternativa sólida", reaccionó la candidata entre felicitaciones de Bildu y de ERC, sus álter ego en las otras dos comunidades que se dicen históricas. En Cataluña, tras el avance abertzale y del bloque, también se espera otro hito de Junqueras, en dura pugna con Puigdemont, quizá para octubre. Si la epidemia permite acudir a las urnas para entonces.
La celebración conjunta no es casual: Bildu y ERC han hecho candidaturas conjuntas en Europa y el nacionalismo gallego, visto como un hermano menor sin demasiada relevancia en votos, puede ahora empezar a mirar a los ojos a las otras dos fuerzas, con las que hará pinza en el Congreso y donde haga falta.
El día de Blanco
Todo el fervor independendentista coincide con el 23 aniversario de un crimen que conmocionó a España pero que, casi cinco lustros después, ha elevado a los altares al partido que no lo condenó y reducido el apoyo a la formación de la que salió Miguel Ángel Blanco.
Aquel día, para darle mayor crueldad al recuerdo, Otegi no estuvo precisamente preocupado. Hace tres años cnfesó en público dónde estaba cuando toda España permanecía con el corazón en vilo temiendo la anunciada ejecución de Blanco que, finalmente, se llevó a la práctica.
“En la playa como un día normal”, con su familia, le reconoció a Jordi Évole el mismo Otegi que ahora calla en el aniversario y se limita a celebrar su avance electoral. Y aprovechó aquel polémico encuentro televisivo para lanzar otra de las consignas que aún hoy permanecen para tratar de establecer un paralelismo entre quienes mataron y quienes murieron y adjudicar después el éxito de la 'paz' a los primeros:
Otegi estaba en la playa, con su familia, cuando ejecutaron a Blanco. "Como un día normal" dijo
“La paz no es un buen negocio para los sectores que en el Estado consideraban que eso era posible de instrumentalizar para conseguir sus fines políticos”, explicó antes de lanzar la bomba definitiva: "¿Qué interés tiene el Gobierno en que se produzca el desarme de ETA? Yo te digo que ninguno. Están haciendo todo lo posible para que no se produzca (...), no les importaría que hubiera otro atentado en este país".
¿Quién ha salido ganado?
Dos décadas después, la figura de Blanco ya no dispone del consenso que en su día reunió, Otegi vuelve a ser el líder político del independentismo vasco, el PSOE y Podemos pactan con Bildu y dirigentes abertzales encabezan o deciden gobiernos en Navarra, Pamplona o media Euskadi.
Y Arnaldo, el licenciado en Filosofía y Letras que llamó "jefe de los torturadores" al Rey Juan Carlos, podrá aprovechar el buen tiempo inminente para volver a la playa. A esa playa sin Blanco, asesinado hace 23 años ante los ojos atónitos de casi toda España.