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Sánchez se sale con la suya con un homenaje a su Gobierno parapetado en el Rey

El presidente celebra sin símbolos nacionales ni religiosos ni casi víctimas un frío homenaje al que llegó, incluso, sin ofrecer el cruel número real de muertos por coronavirus.

El Rey ha presidido el homenaje de Estado

Publicado por
Andrea Jiménez

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Pedro Sánchez ya ha tenido la ceremonia de Estado que quería. Sin símbolos religiosos ni nacionales apenas y haciendo un homenaje a las víctimas de la pandemia de coronavirus, cuando aún tiene a miles de ellas sin reconocer, la Plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid ha sido el escenario en el que en torno a un pebetero en el que se han colocado flores blancas se ha recordado a los fallecidos en un acto presidido por el Rey Felipe, que ha acudido junto a la Reina Letizia y sus hijas.

El Rey ha sido el encargado de cerrar el acto con su discurso en el que ha señalado que "el mejor homenaje renovado" que se les puede rendir a las víctimas es "la determinación frente a la adversidad y el espíritu de superación del pueblo español", que "muestran el camino a seguir para afrontar y vencer las dificultades".

"Hemos contraído una obligación moral y un deber cívico", ha dicho el jefe del Estado. "La obligación moral de reconocer, respetar y recordar siempre la dignidad de los fallecidos y especialmente el espíritu de esa generación admirable de españoles; y el deber cívico de preservar e impulsar los mejores valores que fundamentan nuestra convivencia", ha afirmado, para "poder mirar hacia el futuro con confianza y con esperanza" y a hacerlo "desde el respeto y el entendimiento".

Además, ha rendido tributo a los miles de mayores fallecidos durante la pandemia, que han sido la mayoría de las víctimas y que han muerto después de vidas de "trabajar duro para salir adelante y con una gran ilusión por alcanzar el progreso para sus hijos". "Unas vidas que cambiaron el rumbo de nuestra historia, afirmaron la libertad y la tolerancia y construyeron día a día el edificio de nuestra convivencia democrática. Unas vidas cuya vocación de concordia nos invita siempre a la reflexión serena y al agradecimiento", ha remarcado.

Además, ha remarcado que "es momento de sentirnos orgullosos por la responsabilidad de la que ha dado muestra el conjunto del pueblo español en este tiempo tan duro y difícil", ha afirmado el jefe del Estado, recordando, así que "muchas personas en soledad, muchas otras padeciendo la enfermedad en sus casas, y familias enteras, han asumido con una gran entereza, abnegación y disciplina el confinamiento en sus domicilios, sabiendo que su actitud consciente y comprometida era fundamental, y lo sigue siendo, para combatir la pandemia".

Junto los Reyes y sus hijas, ha estado el Gobierno en pleno, todos los presidentes autonómicos, y representantes de todos los poderes del Estado, además, de las más altas instituciones de la Unión Europea como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente del Consejo, Charles Michel; el del Parlamento, David Sassoli y el alto representante para la Política Exterior, Josep Borrell, además del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom.

En cuanto a las ausencias una de las más destacadas ha sido la del expresidente del Gobierno, Felipe González, que ha alegado problemas de agenda y tampoco han estado representantes de ERC, ni de Vox, que ya avanzó que no acudiría, porque considera que es "una ceremonia exculpatoria de un Gobierno que oculta la mitad de los muertos", tal y como señaló el propio Santiago Abascal.

Las palabras de una enfermera y del hermano de José María Calleja

Por su parte, además del Rey ha intervenido en el acto Aroa López, enfermera del hospital de Vall d'Hebron de Barcelona en representación de los sanitarios, que además de recordar a las víctimas ha recordado a todos sus compañeros señalando que "esta experiencia nos marcará para siempre. Hemos dado todo lo que teníamos, hemos trabajado al límite de nuestras fuerzas y hemos vuelto a entender por qué elegimos esta profesión aunque muchos compañeros tuvieron que dar su vida para ello".

"Porque detrás de los EPI no había héroes, había personas", ha dicho, por lo que ha lanzado un mensaje de agradecimiento a la ciudadanía por sus aplausos y ha pedido "que no se olviden de aquello. Por favor, que el esfuerzo de todos no sea en vano. Quiero pedir a los poderes públicos que luchen por la sanidad de todos, ¿quién cuidará de nosotros si la persona que nos cuida no puede hacerlo? No olvidemos".

Y junto a ella, y representación de los fallecidos, ha intervenido Hernando Calleja, hermano del periodista José María Calleja, que también murió por el coronavirus. "Mi dolor se parece al dolor de todos y cada uno de los familiares de las víctimas. No fueron mis hermanos, no compartí vivencias con ellos pero fueron mis compatriotas. Compartí con ellos ilusiones, esperanzas y sufrí con ellos el mismo dolor", ha señalado Calleja.

Además, ha añadido que "la compasión nos permite comprender el dolor de los demás, por eso quiero pedir hoy a todos compasión. No vamos a olvidar a ninguno de los que perdieron la vida en esta historia porque la memoria es un deber. El mejor homenaje que podemos hacerles es mantenernos unidos en el recuerdo".

Y es que, precisamente ese es uno de los grandes asuntos pendientes del Gobierno en esta pandemia, ser capaz de poner nombres y apellidos a todos y cada uno de los fallecidos, algo que todavía no ha hecho, aunque sí ha tenido tiempo de organizar un homenaje a medida de Sánchez.

Datos para la polémica

El evento se celebró con la presencia de todos los presidentes de las Comunidades Autónomas, dando imágenes tan sorprendentes como la de Quim Torra "del brazo" de Alberto Núñez Feijóo atendiendo las palabras del Rey, en un clima de frialdad, quizá por una parafernalia alejada de la tradición en España para este tipo de actos.

Y por la ausencia, casi total, de las víctimas. Nadie explicó cómo se eligieron a las presentes, apenas un centenar; ni a su portavoz, como tampoco a la de los sanitarios. Ni por qué, pese al compromiso de Fernando Simón, se celebró la despedida sin un recuento total de los fallecidos.

Pero sí quedó la sensación de que el dolor evidente de fondo y la presencia del Rey, a escasos metros de dirigentes que le quieren fuera o le defienden tibiamente, le sirvió al Gobierno para lavarse la cara y hacer borrón y cuenta nueva. Otra cosa es que lo consiga.