El Supremo planta cara al Gobierno y empieza a frenar los indultos encubiertos
La Sala de lo Penal tumba la semilibertad de Carme Forcadell y abre la puerta a hacer lo propio con el resto de los presos secesionistas.
El juez Marchena, titular de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, ha dado un golpe encima de la mesa ante el indulto encubierto concedido con Torra a los presos del 'procés' con la connivencia del Gobierno. Ahora ha tumbado la concesión de semilibertad de la expresidenta del Parlamento catalán Carme Forcadell.
Así, ha revocado la salida de prisión concedida por un juez de Lérida y que permitía a la expresidenta del Parlament cuidar de su madre, gracias a la aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario, después de que la Fiscalía pidiese su anulación.
Los magistrados alegan "falta de justificación y desconexión con la reinserción" en el auto en el que se le concedió el 100.2, y además, critica duramente a la Generalitat, quien posee la competencia en materia de prisiones, por no obligar a los presos a participar en programas de reinserción tal y como pidió la Fiscalía. "La falta de conexión entre el programa de tratamiento y el delito de sedición cometido hace injustificable un régimen de semilibertad", sentencia el juez.
Además, el texto es tremendamente duro con la expresidenta del Parlament ya que recuerda que fue condenada como "autora de un delito de sedición" por "su decidido protagonismo en el concierto delictivo ideado por los demás acusados", para lo que "rebasó el ámbito de su cargo institucional, con actos y decisiones plenamente integrados en una estrategia delictiva, en un expreso desafío al orden constitucional".
Sin embargo, a nivel práctico, esta sentencia no cambia la situación de Forcadell, puesto que recientemente obtuvo el tercer grado penitenciario, dejando de estar en libertad amparada en el artículo 100.2, pero lo cierto es que abre la puerta a que el Supremo tumbe también la semilibertad concedida hace tan solo unos días, ya que será el mismo Marchena el que tenga que sentenciar sobre ello tras los recursos presentados.
Además, la Sala establece también que los recursos de apelación sobre la aplicación del 100.2 a los presos debe resolverlos el tribunal sentenciador y que el recurso del fiscal tiene efectos suspensivos, reservándose para sí el derecho a decidir sobre el tercer grado concedido por la Generalitat.
Sin embargo, este mismo jueves la Audiencia de Gerona ha desestimado el recurso de la Fiscalía contra la aplicación del mismo beneficio penitenciario, a la exconsejera Dolors Bassa, que le permitía salidas entre semana para voluntariado, alegando que "al disfrutar la penada del tercer grado penitenciario, cualquier discusión sobre la legalidad u oportunidad de aplicar el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario sobre su segundo grado es ya estéril por no hallarse ya en tal situación regimental".
Forcadell: "De este tribunal no espero justicia, sé que es venganza".
Así pues y a la vista de la decisión del Supremo, el mundo independentista ha comenzado a lanzar sus soflamas y como ya es habitual con Torra a la cabeza. "Que en el Estado español ningún independentista puede encontrar justicia, ya lo sabíamos. Que España no reconocerá el derecho a la autodeterminación, también. ¿Y entonces? Entonces todo depende del salto colectivo conjunto de todo el independentismo (instituciones + sociedad civil)", ha dicho el presidente catalán alentando de nuevo a los secesionistas.
De hecho, la propia Forcadell también se ha manifestado en la misma línea que Torra, asegurando que la decisión del Supremo no le sorprende, ya que "de este tribunal no espero justicia, sé que es venganza", ha señalado , para después contradecir la decisión de Marchena, recalcando que la competencia sobre la aplicación de este artículo del Reglamento Penitenciario que permite salidas para trabajar o hacer voluntariado "es competencia" de la Audiencia Provincial y no del Supremo.
Sea como fuere, el caso es que el juez ya ha dictado su sentencia y por tanto ha marcado la línea a seguir, por lo que los presos secesionistas que gozan de un indulto encubierto se encuentran ahora cara a cara con el Supremo, que decidirá de nuevo sobre su futuro, por lo que todo apunta a que Marchena seguirá desafiando a Torra y al Gobierno y acabará con su semilibertad.