El extraño caso que obligará a Garzón a dar la cara en la Audiencia Nacional
El ínclito exmagistrado está citado ante el juez al haber quedado enredado en uno de los escándalos de espionaje internacional más sonados y estrambóticos de los últimos años.
Después de tantos años presidiendo las salas de la Audiencia Nacional, ahora le tocará ocupar el ‘otro lado’. Es la paradoja que le tocará vivir a Baltasar Garzón, citado para prestar declaración, al haber quedado enredado en uno de los escándalos de espionaje internacional más sonados de los últimos tiempos.
En concreto, el exmagistrado de la Audiencia declarará este lunes, 27 de julio, en este mismo tribunal en calidad de perjudicado al haber sido también víctima del espionaje al que habría sido sometido el fundador de Wikileaks, Julian Assange, por una empresa española mientras estuvo asilado en la Embajada de Ecuador en Londres.
Garzón ha sido citado por el juez José de la Mata, instructor de esta causa y titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, precisamente el juzgado del que fue titular también el exmagistrado antes de que fuese inhabilitado en 2012 por un periodo de 11 años.
Garzón acudirá a declarar porque en su labor como abogado del fundador de Wikileaks también habría sido víctima del supuesto espionaje de la empresa UC Global, dirigida por el español David Morales, principal investigado en esta causa y encargado de la seguridad en la Embajada de Ecuador en Londres cuando tuvieron lugar los hechos.
Delitos contra la intimidad, cohecho y blanqueo
Tanto Morales -quien se encuentra en libertad provisional
con medidas cautelares- como UC Global están siendo investigados por delitos contra la intimidad y el secreto de las comunicaciones abogado-cliente, cohecho y blanqueo de capitales.
Además de Garzón, el próximo lunes están citados, también como testigos, el que fuera cónsul de Ecuador en la capital británica Fidel Narváez y Stella Morris, actual pareja de Assange. Ambos serían igualmente perjudicados por el espionaje de UC Global, según las fuentes consultadas.
La defensa del fundador de Wikileaks sostiene que éste y todas las personas de su entorno que le visitaban o se comunicaban con él fueron espiados en la Embajada ecuatoriana de múltiples maneras como la colocación de micrófonos y cámaras, copiar teléfonos móviles y documentos de identidad de las visitas que recibía, hasta perfiles de políticos, médicos y abogados con los que Assange mantuvo contacto.
También denuncia la defensa la toma de las huellas dactilares del propio Assange, que la empresa habría extraído de un vaso, e incluso la toma de muestras de heces del pañal del hijo del fundador de Wikileaks para tratar de acreditar si se trataba de su hijo.