Urkullu permite el mayor desprecio a España mientras pone la mano para su dinero
El Parlamento Vasco ha rechazado que los nuevos diputados tengan que acatar la Constitución con argumento jurídico de lo más peregrino.
Los parlamentarios vascos no tendrán que acatar la Constitución para acceder a sus escaños durante el pleno en el que se constituirá la Cámara de la XII legislatura, desestimando la petición de PP y Cs y consumando así un nuevo golpe a las instituciones del Estado que no tiene reflejo en las ganas que tiene el lehendakari de recibir dinero del Gobierno.
Sánchez ya ha cedido con las pretensiones de Urkullu de elevar el déficit al 2,6% y permitir una deuda pública del 15,9% a cambio de que asistiera a la Conferencia de Presidentes del pasado viernes, y un futuro apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, y ahora queda por ver cuánto dinero recibe de los fondos de recuperación de la UE, pero mientras tanto, sigue permitiendo que se desprecie sin control cualquier cosa que tenga que ver con España.
Para ello, se ha servido de argumentos jurídicos de lo más peregrinos como que la Diputación Permanente no puede "adoptar un acuerdo que condicione las actuaciones que corresponden a la siguiente legislatura". Al inicio de la anterior legislatura, la undécima, también se rechazó al considerar que "no procedía" atender a dicha solicitud, dado que "ni la Ley Electoral ni los precedentes" en el Parlamento vasco contemplan la obligatoriedad de dicho "formulismo".
Sin embargo, desde la coalición PP y Cs se considera que los parlamentarios deben acatar la Constitución en el momento de su toma de posesión para reafirmarse "en la defensa del orden constitucional" como acto "ejemplarizante".
De hecho, el representante del PP Carmelo Barrio advirtió de que, de no ser así, la legislatura se inauguraría "con el desafío a la Constitución, norma que da amparo legal al Parlamento y a los parlamentarios que la desairan". A su juicio, "no puede asumirse como normal que los parlamentarios vascos no acaten la Constitución" porque supone "una anormalidad".
Pero ahora, desde el Parlamento Vasco se vuelve a despreciar a España y a la Carta Magna, alegando que la pretensión del parlamentario de que la Mesa de la Diputación Permanente "discipline" la adquisición de la condición de parlamentario es "totalmente inadecuada" por la "manifiesta incompetencia de la Mesa de la Diputación Permanente para tal objeto".