El PP monta en cólera con Cayetana tras ofrecerle salidas y recibir deslealtad
Casado llegó a ofrecerle un puesto relevante en la Fundación del partido, pero no le valió de nada el "rescate" que hizo con ella para ganarse su fidelidad.
Cayetana Álvarez de Toledo se sentaba siempre a la derecha de Teodoro García Egea en las reuniones de la dirección del PP, en una mesa oval, con estrecheces, encabezada por Pablo Casado. La frugalidad de Génova con los espacios hace que el roce sea frecuente en las grandes citas, pero no necesariamente estimula el cariño.
Casado sí se lo dio a su ya exportavoz, nombrándola para el cargo con la oposición de medio partido, el recelo de la otra mitad y la apuesta casi exclusiva de él, que además la puso al frente de su lista electoral para las Generales en Cataluña. Y ahora se siente profundamente decepcionado.
En contra de algunas versiones, alimentadas por la propia Álvarez de Toledo, su "despido" no fue ni seco ni autoritario, ni tampoco falto de afecto ni de respeto. Casado, y el propio Egea, habían intentado en incontables ocasiones que entendiera la dinámica del partido, la necesidad de entender el momento político de España y la obligación de sostener un discurso conjunto.
Pero nada. No hubo forma. Ni siquiera en el adiós faltó una propuesta de salida digna: el PP la ofreció su incorporación con puesto fijo en la Fundación del partido, una FAES bis donde su evidente condición intelectual podía encajar a la perfección. No hubo respuesta, al menos hasta el momento.
Tampoco la ha habido a algo que se esperaba, sobre todo tras la incendiaria rueda de prensa de la diputada a las puertas del Congreso, cargando con todo contra el político que la rescató tras su abrupta salida con Rajoy. Esa "deslealtad" ha dolido y ha indignado en partes iguales, además de sorprendido un poco. Tanto como las críticas de Toledo al Rey o su apuesta por un "Gobierno de concentración" que el PSOE repudia y el PP ni estudia.
Andalucía, Galicia y Madrid
"No tiene sentido que repita y una vez que no cree en los partidos y esté en uno", aseguran a ESdiario fuentes populares, muy dolidas por la actitud de su "compañera" y con su actitud personal hacia Casado, a quien consideran que debió guardar respeto por su defensa constante hasta ahora.
Una impresión extendida en dos de las "federaciones" más potentes y ganadoras del PP, la andaluza y la gallega. En la primera, con Juanma Moreno al frente, se respalda plenamente la decisión de Génova y se celebra, con entusiasmo, el ascenso de Cuca Gamarra, José Luis Martínez Almeida y Ana Pastor.
"Las elecciones se ganan con un pie en el centro y pivotando sobre él", explican fuentes de la Junta Andalucía, recordando que el tono y el discurso de Cayetana ya lo tiene, duplicado, VOX. Y que es más fácil consolidar voto por el centro que competir con Santiago Abascal por los más "cafeteros" de la derecha, a los que en una porción ya dan por perdidos.
En Galicia se piensa igual, del mismo modo en el País Vasco y, por distintas razones, incluso en la Comunidad de Madrid. Feijóo se siente la viva prueba de que la moderación es una actitud ganadora, que no renuncia a los principios pero enlaza mejor con amplias capas de la sociedad.
Madrid y la moción de censura
Y en Madrid, la sintonía entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado es absoluta, como confirman fuentes autonómicas a este periódico. En momentos de tranquilidad y en otros de zozobra como el actual, cuando resoplan de nuevo los vientos de una moción de censura en la Puerta del Sol que quieren más determinados medios y determinada parte de la izquierda que el supuesto aspirante, Ángel Gabilondo.
Ayuso, aunque su discurso se asemeje al de Cayetana como el de ambas al de Esperanza Aguirre, no se moverá de la línea oficial, hasta el punto de que fue de las primeras en felicitar a Cuca Gamarra y al alcalde de Madrid, elevado por un lado pero expuesto por el otro: ahora va a ser caza mayor, como portavoz nacional de un partido sometido a constantes presiones que le obligarán a torear en las peores plazas.
Cayetana, la "feminista amazona", conserva el respeto intelectual de todo el partido y de sus cuadros. Pero al cerrar la puerta, de un manotazo, no se han escuchado lamentos. Sí un respiro aliviado que será total si, en las próximas horas, renuncia a su acta de diputado. Algo que nadie es capaz de asegurar ni de descartar.