Así está siendo el final del verano más triste para doña Sofía
Mientras Juan Carlos I continúa en Emiratos Árabes Unidos, la Reina Emérita afronta sus últimos días en Palma de Mallorca.
La crisis abierta en la Casa Real tras la salida temporal de España de don Juan Carlos ha convertido las vacaciones de la Reina Emérita en algo muy distinto a lo que ha sido habitual en ella durante décadas.
Doña Sofía no ha faltado a su cita anual en Palma de Mallorca, donde cada año ha pasado las vacaciones oficiales -cargadas de citas en la agenda- y las privadas, disfrutando de la isla en compañía de sus seres más queridos. Fundamentalmente, su hermana, Irene de Grecia.
Sin duda alguna, la ausencia de don Juan Carlos ha hecho que todo cambie. Para empezar, su presencia casi fantasmal -alguna salida para hacer compras- en el Palacio de Marivent durante las breves vacaciones que los Reyes y sus hijas, pasaron a principios de este mes de agosto. A la Emérita, que había llegado algunos días antes a Palma, no se la vio públicamente a lo largo de esa semana.
Tras el regreso de don Felipe, doña Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía a Madrid, a doña Sofía volvió a vérsela por las calles de Palma, según cuenta Vanitatis. Pero, de pronto, algo volvió a cambiar, porque la Emérita optó de nuevo por el enclaustramiento, coincidiendo con los días en el que Casa Real reveló que Juan Carlos I había volado el 3 de agosto hacia Emiratos Árabes Unidos.
Así, la madre de Felipe VI faltó a una cita con la que ha fallado nunca, un concierto para recaudar fondos para el Proyecto Hombre.
Permanece casi aislada, a la espera de la próxima llegada de la infanta Elena. Quizás la presencia de su hija mayor alivie el que parece ser el final del verano más triste para la Emérita.