Podemos no frenará: exige a Sánchez que se acerque a Bildu e ignore a Cs
Iglesias lo tiene claro: debe frenar la alianza del PSOE con Ciudadanos. Y cuenta para lograrlo con un Plan B. Intensificar las alianzas con ERC y hacerla estable con Bildu.
Las malas lenguas dicen que Pablo Iglesias no ve con malos ojos un descalabro de Ada Colau en Cataluña cuando lleguen las Elecciones Catalanas, previstas para octubre pero ahora más lejos por decisión de Puigdemont ejecutada, a regañadientes, por Quim Torra.
La "maldad" obedece al deseo de "resucitar" Podemos en Cataluña, hoy escondida tras En Común: a la alcaldesa de Barcelona no se la podía toser hasta ahora, pero si se cumplen los pronósticos demoscópicos, su batacazo en las urnas será sobresaliente.
Esa reflexión no es inocente y tiene una derivada relevante: se reduce la tensión con ERC, con quien ha tenido sonados enfrentamientos hoy enterrados en parabienes recíprocos entre Pablo Iglesias y Gabriel Rufián. Ambos se vienen bien frente a Pedro Sánchez: a ERC le favorece un "Podemos blando" en Cataluña que le quite pocos votos en su combate contra Puigdemont.
Y a Podemos le viene bien una ERC que ate en corto a Sánchez en sus devaneos con Ciudadanos para recordarle que depende, por completo, de sus socios de investidura. La estrategia en el cuartel morado está muy clara, y no se detiene ahí: también quieren a Bildu en el "ajo". Y no se conforman con el acuerdo de derogación de la reforma laboral, hoy en un cierto limbo.
"Con Bildu hay un acuerdo de legislatura", recalcan a ESdiario fuentes del entorno de la cúpula de Podemos, convencidos de que, tras la pandemia, hay que reforzar esos lazos o, como dice con un ejemplo el propio Pablo Echenique en una entrevista con La Información.
"Una cosa que tenemos que pensar de cara al futuro como país es que no vamos a salir de la crisis económica manteniendo, si me permite el lenguaje informático, el software que teníamos instalado antes de la pandemia", asegura el portavoz en el Congreso para resumir su apuesta por ir más lejos.
Solo el miedo a Bruselas, que tiene la última palabra en los Presupuestos que Sánchez debe remitir a principios de octubre, frena un poco la estrategia frontal de Podemos de cargar contra el entendimiento de Ciudadanos, que no ve mal por su parte lo que pueda venir.
Una "guerra coral"
"Si hay acuerdo, será con nuestro acento. Y si no lo hay, quedará claro que lo hemos intentado y que se impone el populismo", explican fuentes de la formación naranja, conscientes de que ahora están en el ojo del huracán.
Las dos horas de Arrimadas con Sánchez, el doble exacto del tiempo concedido a Gabriel Rufián, saben a cuerno quemado entre los socios de investidura. Y no se lo van a poner fácil al líder socialista: el "o con nosotros o con Arrimadas" ya es el canto de guerra coral de todos ellos.