El PSOE impulsa el debate sobre la eutanasia y la muerte en plena segunda oleada
Este jueves llega al pleno del Congreso, en la primera sesión tras el parón veraniego, la polémica ley de muerte digna de la que Sánchez ha hecho bandera. En el momento menos adecuado.
Con cerca de 50.000 fallecidos por coronavirus en España, con la segunda oleada irrumpiendo de nuevo de forma inquietante en las residencias de mayores, con las comunidades autónomas haciendo la guerra por su cuenta y con un caótico inicio del curso escolar, el Congreso de los Diputados reabre este martes sus puertas en la inauguración del nuevo periodo de sesiones.
Un trimestre en el que España se la juega -si no es capaz de sortear un nuevo confinamiento y mantener la actividad económica- y en el que el Gobierno tiene la obligación prioritaria de sacar adelante unos Presupuestos Generales para 2021 que sirvan para canalizar y hacer llegar a empresas y ciudadanos los 140.000 millones de euros de los fondos de rescate europeo.
Y en este escenario, este jueves llega al pleno de la Cámara Baja el primer proyecto de ley del Gobierno progresista en muchos meses. Pero ni tiene que ver con la estrategia de lucha contra la pandemia ni con la reactivación económica o laboral. Llega uno de los proyectos más ideológicos de Sánchez, la Ley de Eutanasia.
Una ley que también llevaba en su programa Podemos y que, según la propia iniciativa socialista, pretende "dar una respuesta jurídica, sistemática, equilibrada y garantista, a una demanda sostenida de la sociedad actual".
El trámite de la primera ley que llega en el arranque del curso político será este jueves el de las enmiendas a la totalidad. En concreto, dos. Las han presentado PP y Vox, que sostienen que con el actual marco de cuidados paliativos es más que suficiente.
Sin embargo, en la polémica Ley de Eutanasia, el PSOE tiene garantizados los apoyos de la llamada mayoría de moción así que el texto socialista seguirá su tramitación parlamentaria. Justo, y de la forma menos oportuna posible, de forma paralela a los efectos de la segunda oleada de la pandemia que la mayoría de los expertos vaticinan para el próximo mes de octubre.
El texto que se comienza a debatir esta semana afirma que "la legalización y regulación de la eutanasia se asientan sobre la compatibilidad de unos principios esenciales que son basamento de los derechos de las personas, y que son así recogidos en la Constitución española" y que "son, de un lado, los derechos fundamentales a la vida y a la integridad física y moral, y de otro, bienes constitucionalmente protegidos como son la dignidad, la libertad o la autonomía de la voluntad".
A buen seguro que centenares de familias que han visto morir a sus mayores abandonados en las residencias sin que el Gobierno hiciera nada por ellos no pensarán lo mismo.