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Sánchez lanza en el Senado un pacto sin exclusiones como señuelo y el PP no pica

El presidente ha arrancado el periodo de sesiones en la Cámara Alta con su hoja de ruta y su exigencia al PP de un cheque en blanco. De autocrítica, ni una línea.

Pedro Sánchez, este martes en el Pleno del Senado.

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Después de sus largas vacaciones, en plena segunda oleada del Covid 19 y tras meses sin comparecer en el Senado -al margen de su presencia en las sesiones de control-, Pedro Sánchez ha dado este martes el pistoletazo de salida al curso político en la Cámara Alta con la que, se supone, pretende ser su hoja de ruta para el próximo periodo de sesiones.

Se supone, ya que este martes ha vuelto a dejar en evidencia que no tiene un proyecto concreto para la recuperación, ni siquiera un esbozo de sus próximos Presupuestos Generales, más allá del mantra que ha venido repitiendo desde su regreso de las vacaciones: la "unidad".

Eso sí, Sánchez ha vuelto a mostrar la brecha en el Gobierno de coalición y ha vuelto a desairar a Pablo Iglesias ofreciendo un acuerdo para sus cuentas con la mayor base posible. Es decir, que en la ecuación sigue incluyendo a Ciudadanos, contra el criterio de su vicepresidente segundo.

Textualmente, tras un largo discurso, Sánchez ha reclamado un acuerdo "con el mayor apoyo posible, sin exclusiones" y ha reclamado a Pablo Casado que abandone su "bloqueo político" para poder hacer frente a la crisis derivada de la pandemia.

Como también ha venido haciendo en sus últimas comparecencias, Sánchez ha tratado de presionar al PP ligando la aprobación de sus PGE con el reparto de los 140.000 millones de fondos europeos. Sin ellos, ha advertido, "no será posible absorber" los fondos del rescate de Bruselas.

"Yo entiendo a quienes dicen: yo soy de esta ideología y no quiero pactar unos Presupuestos que vayan en contra de mis principios más elementales. Lo entiendo, porque evidentemente nosotros también tenemos nuestras convicciones y creencias ideológicas, pero también creo que tenemos que trascender esa dialéctica clásica, en un momento tan inédito para arrimar el hombro y juntar esfuerzos", ha enfatizado.

Sin embargo, su oferta de mano tendida al PP ha venido seguida del ataque a Pablo Casado por su rechazo a renovar el Poder Judicial mientras Podemos siga atacando a la Monarquía y a los jueces. Al líder popular le ha acusado Sánchez de "desleal" y "antidemocrático" porque, a su juicio, Casado demuestra que "no creen en el resultado electoral del año pasado".

Maroto replica: "El PP no es una muleta"

La réplica desde la bancada del PP se ha resumido en una frase de su portavoz, Javier Maroto. "No somos una muleta", ha advertido. "Si es para cuestiones favorables para España, adelante; si es solo para que usted se mantenga en el poder como sea, tiene que buscarse otros socios", ha zanjado el senador popular.

"El PP es un partido de Estado que puede participar de importantes acuerdos estando en el Gobierno y en la oposición, pero no vamos a prestarnos a seguirle el juego", ha concluido.

Y es que esa misma bancada del PP ha podido comprobar una vez más como se las gastan los otros socios estables de Sánchez. La portavoz de ERC ha aprovechado para lanzar otro brutal ataque contra la Monarquía "corrupta", el de Junts para exigir al Gobierno que se siente a negociar con la Generalitat sin líneas rojas y la libertad de los presos del 1-O y el de Bildu para hacer una alegato contra la política penitenciaria contra ETA. Esa es la mayoría de la moción a la que Sánchez quiere emparentar a PP y Ciudadanos.

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