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El independentismo cierra filas con Torra a la espera de la decisión del Supremo

El presidente catalán ha acudido al TS acompañado de la plana mayor del secesionismo reivindicando de nuevo la libertad de los presos y de los "exiliados".

Quim Torra junto a Pere Aragonés y Laura Borrás

Publicado por
A. Jiménez

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Este jueves era el día señalado por el presidente de la Generalitat, Quim Torra, para acudir a la sede del Tribunal Supremo, la última instancia judicial que tiene que decidir sobre su inhabilitación tras la colocación de pancartas independentistas en el palacio de la Generalitat en medio de unas elecciones. Y lo ha hecho con el convencimiento de que no dejará el cargo, pase lo que pase, dejando en el aire la futura cita electoral.

Si los cinco magistrados que escuchan los argumentos de la defensa de Quim Torra, que ejercen los abogados Gonzalo Boye e Isabel Elbal, contra la condena que le impuso el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) deciden inhabilitarle, se abrirá un nuevo periodo de incertidumbre política en medio de las luchas intestinas de la antigua Convergencia y la presión de ERC.

Tanto si Torra se atrinchera y desobedece a los jueces, como si decide mantener un gobierno en funciones sin una cabeza visible, parece que será ERC la que tenga la patata caliente de ver si el propio Parlamento, con Roger Torrent a la cabeza, inicia el proceso para convocar elecciones o bien se instala en la inestabilidad ya que Torra ha pedido explícitamente a JxCat que no trate de investir a ningún sustituto, porque eso significaría "bajar la cabeza" ante el Supremo.

Mientras tanto el presidente ya ha calentado la jornada publicando un mensaje en las redes sociales en el que recogía la imagen de las pancarta por la libertad de los presos que inició este proceso, reiterando sus exigencias de "libertad para los presos políticos y exiliados".

Además, ha acudido acompañado al Supremo de la plana mayor del independentismo, el vicepresident de la Generalitat, Pere Aragonès, y la consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó, entre otros. "¡No nos harán claudicar!", ha asegurado Aragonés, mientras que Budó ha asegurado que es "un día triste para la democracia en el Estado español".

El Gobierno asegura que Torra no se sentará en la mesa si es inhabilitado

Por su parte desde el Gobierno, la vicepresidenta Carmen Calvo ha pedido no adelantar acontecimientos y evitar convertir la vista de Torra en "un espectáculo que a nadie conviene". Además, ha dejado claro que de ser inhabilitado, Torra no podrá sentarse en la mesa de negociación creada entre el Ejecutivo y la Generalitat, ya que "esa mesa, que se formó con la presencia de los dos presidentes, del presidente del Gobierno de España y del presidente de Cataluña, en esa condición solo se podrá sentar quien lo sea y no esté inhabilitado. Es de carácter muy elemental", ha explicado.

Sin embargo, estas declaraciones ha provocado la rápida reacción del independentismo, con Gabriel Rufián a la cabeza, que ha asegurado que "Torra es el presidente de la Generalitat, el cargo más importante de Cataluña, representa a mucha gente y es una falta de respeto decir lo contrario".