Podemos y el PSOE de Madrid boicotean la entente de Sánchez y Ayuso a la primera
La izquierda madrileña no parece dispuesta a dar respiro a la presidenta de la Comunidad por más que ella y el socialista escenificaran una rebaja de las hostilidades y pactaran colaborar.
"Tenemos que cambiar el clima político". "Ésta es una lucha epidemiológica, no ideológica", afirmó Pedro Sánchez durante la rueda de prensa conjunta en la Puerta del Sol.
"Lo importante es que está aquí y que ha llegado", añadió poco después Isabel Díaz Ayuso restando importancia a las seis cartas que, hasta ahora, había enviado al presidente del Gobierno sin resultado alguno.
Uno y otra pusieron de su parte para enterrar el hacha de guerra después de medio año de tiranteces resumidas en una foto. O en una no foto. La visita que nunca llegó de Sánchez al hospital de Ifema, que durante meses fue el símbolo de la lucha titánica de Madrid contra el virus. Este lunes, la presidenta madrileña le invitó a otro: a la inauguración del hospital de pandemias Isabel Zendal, que abrirá en noviembre según lo previsto.
La de este lunes, con toda la pompa y 24 banderas, fue una reunión con más carga política que contenido. A Ayuso le sirvió para hacer copartícipe a Sánchez de lo que pase en la Comunidad de Madrid, él que durante tres meses (desde que decayó el estado de alarma) ha rehuido cualquier responsabilidad. Aprovechando que las comunidades reclamaron para sí las competencias.
Y a Sánchez le sirvió para escenificar que Ayuso y su Gobierno, el Gobierno que Pablo Casado siempre pone como ejemplo de la eficacia de la gestión del PP, no se basta para contener una segunda oleada que tiene ahogada a la Atención Primaria.
Aunque los equipos de uno y otra no bajan la guardia y se miran de reojo, ambos se felicitan por la senda emprendida este lunes, que por la tarde se materializó en una primera reunión del llamado Grupo Covid-19, creado entre ambas administraciones para coordinar y planificar respuestas. A ella asistieron los ministros de Sanidad y de Política Territorial, Salvador Illa y Carolina Darias y, por la parte madrileña, el vicepresidente, Ignacio Aguado, y el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.
El encuentro fue en las dependencias de la Comunidad, no del Gobierno central.
No obstante, tanto Podemos como el PSOE madrileño y Más Madrid han recibido con la mandíbula apretada la tregua entre Sánchez y Ayuso. E incluso el PSOE a nivel nacional, cuya portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, cargaba contra la presidenta madrileña horas antes del encuentro por su "incompetencia, falta de coherencia, claridad y seriedad".
Los socios de Sánchez no están por la labor de rebajar las hostilidades. "El gobierno de Ayuso-Aguado ha regalado el dinero de los rastreadores y la atención primaria a sus amigos millonarios y ahora pide más policía para criminalizar a la gente trabajadora y a las personas migrantes. PP y Ciudadanos gobiernan gracias a la ultraderecha y eso se nota", escribió el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ya terminada la reunión en Sol y la comparecencia posterior. Y su homóloga en la Asamblea de Madrid, Isabel Serra, insistía en las "medidas clasistas" de la presidenta Ayuso.
El que más claro habló -o escribió más bien- sobre lo poco que ha gustado a la izquierda el acercamiento entre Moncloa y la Casa de Correos fue Juan Carlos Monedero: "Lo que faltaba es que el Gobierno de España, que lleva varios meses aguantando las frikadas de Díaz Ayuso, ahora avale las nuevas barbaridades de esta señora", denunció en Twitter.
"Y la conclusión después de 7 meses de pandemia, miles de muertos y siendo la región más afectada de Europa, es que “hace falta cooperación". ¿Realidad o ficción?", se quejó el portavoz de Más Madrid, Pablo Perpinyà.
Y el PSOE de Madrid, por su parte, ha firmado con ambas formaciones una declaración conjunta a iniciativa de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid en la que anuncian su participación en una movilización el 27 de septiembre en contra de las restricciones a la movilidad en 37 áreas sanitarias. Las tres estarán, y también IU.
Semanas agitando una moción de censura para que al final se haya ido por el sumidero de la emergencia sanitaria.