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Enfado en Moncloa: Iglesias arruina la fiesta de Sánchez con Botín, Isla y Fainé

El acto "España puede" que con tanto bombo y platillo había preparado el equipo del presidente quedó totalmente deslucido por el cerco judicial al vicepresidente segundo.

Sánchez ante sus ministros. Detrás, en la pantalla, Iglesias.

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Al Gobierno del teleprompter y del relato le salió esta vez el tiro por la culata. El acto España puede que con tanto bombo y platillo había diseñado La Moncloa para presentar las líneas maestras del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española quedó sepultado bajo los cascotes de la decisión del juez Manuel García Castellón de abrir la vía a la imputación de Pablo Iglesias en el Tribunal Supremo (al ser aforado).

Esta vez el zambombazo de la Audiencia Nacional pilló a Pedro Sánchez y su equipo desprevenidos. Esta vez, a diferencia de lo ocurrido con la inhabilitación de Quim Torra y de otras sentencias de fuerte carga política, el Gobierno no estaba sobre aviso. No lo vio venir. Y el shock en el palacio presidencial fue indisimulable.

Se suponía que iba a ser el día grande del presidente, con James Rhodes tocando al piano el himno de Europa y, al otro lado de la pantalla -por los rigores del coronavirus- los embajadores de los países de la UE, sindicatos y grandes empresarios como Ana Patricia Botín, Ignacio Sánchez Galán, Pablo Isla, Florentino Pérez, Isidro Fainé, Gerardo Cuerva, Antonio Garamendi, Rafael del Pino...

Todos, supuestamente, prestando su apoyo a Sánchez y a su plan para que España salga de ésta. Pero poco después de comenzar el acto se instaló el nubarrón sobre la cabeza del vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030 por presuntos delitos de daños informáticos, revelación de secretos y denuncia falsa. A partir de ahí, las peticiones de dimisión.

Sánchez durante el acto España puede.

El Gobierno trató en las horas siguientes de mantener el foco en su España puede, mientras el portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, se abonaba una vez más a la teoría de las cloacas: "Asistimos atónitos a la decisión de un juez sin pruebas materiales, reabriendo asuntos cerrados y saltándose a la Audiencia Nacional y a la Fiscalía. Espero que este disparate jurídico no obedezca a otras razones porque sería gravísimo".

Pero todo fue en balde. En el acto en La Moncloa estaba prevista, por la tarde, la intervención de los cuatro vicepresidentes. Incluido Iglesias. Con la prensa sin poder asistir, y menos aún preguntar. En su discurso, el líder de Podemos habló de "fortalecer lo público", de "reindustrializar España con criterios de transformación ecológica y de diversificar la economía para reducir el peso del ladrillo y de la contratación pública.

Pero no dijo una sola palabra de la exposición razonada del juez García Castellón, como era de esperar. Es más. Terminado el acto la Secretaría de Estado de Comunicación organizó telemáticamente un briefing informal con los periodistas para hablar del Plan de Recuperación y avisó de antemano de que no se admitirían preguntas que no fuesen sobre dicho Plan, vetando de antemano cualquier cuestión sobre Iglesias.

Pero ahí va a seguir este este jueves, el viernes y también el sábado. Aumentando las grietas entre los dos socios de Gobierno, que ya quedaron patentes este mismo miércoles. Durante una conversación informal con periodistas antes de partir a Argelia, Sánchez se limitó a decir que el asunto no le preocupa y que apoya a Iglesias. Por su parte, María Jesús Montero y Margarita Robles (PSOE ambas) se ciñeron a resaltar el respeto del Ejecutivo a la justicia, y el ministro Alberto Garzón cerró filas con él en estos términos:

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