Ruiz Escudero: "Probablemente si Illa fuese médico habría actuado de otra forma"
El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, la única en estado de alarma, defiende en ESdiario la estrategia del Gobierno de Díaz Ayuso y se queja de la persecución del de Sánchez.
Sin lugar a duda le ha tocado bailar con la más fea. Es el consejero de Sanidad de la Comunidad que más casos de coronavirus ha tenido tanto en marzo como en este comienzo de curso escolar. Las cosas, parece, se empiezan a controlar, pero se toma los datos con cautela.
Como buen seguidor del Atleti se ha acostumbrado a sufrir, a dormir poco, incluso estuvo recluido en la Consejería durante los tres peores meses de la pandemia. Dice no entender por qué el Gobierno de Pedro Sánchez utiliza criterios políticos y no sanitarios con Madrid, aunque tiene claro que si aquí gobernara el PSOE, otro gallo cantaría. Preguntado sobre qué nota pondría a Fernando Simón, no se atreve, pero asegura que no ha estado a la altura.
- Consejero, ¿en qué momento lo ha pasado peor, tanto en el aspecto profesional como en el personal: en los picos de marzo y abril con la pandemia desbocada o ahora que estamos en la segunda oleada y hay más tensiones con el Gobierno central?
- Creo que el momento más crítico fue cuando tuvimos la primera oleada, en el mes de marzo y abril. Ahí fue el momento más duro. Sobre todo, cuando tuvimos que tomar la decisión de Ifema (fue el 21 de marzo, si no recuerdo mal) porque era un momento que veíamos que el número de casos iba creciendo y, aunque Madrid tiene una gran fortaleza en crecimiento de camas de hospitalización y de UCI, había que tomar una decisión. Aquello era una decisión compleja.
Luego hemos tenido tensiones en distintos niveles: cuando tuvimos la fase con las residencias, ahora con el estado de alarma que nos ha impuesto el Gobierno. Pero el principal fue en el mes de marzo.
- Y en la parte personal, consejero, ¿consiguió en esos momentos tan duros, y ahora, desconectar o es muy difícil?
- Es muy difícil. Estuvimos casi 90 días sin salir de la Consejería. Íbamos a dormir a casa y volvíamos y era muy complicado. Tienes que marcarte mecanismos para aislarte, aunque sea esas horas de descanso porque si no es muy difícil. Han sido muchas horas sin dormir. Realmente no hemos desconectado en casi ningún momento.
- Vamos a los datos. La incidencia acumulada a 14 días ha bajado en la Comunidad de Madrid. Hemos dejado esos picos de 800 casos por 100.000 habitantes de comienzos de mes; estamos ahora en 450 (datos de este jueves). ¿Es suficiente, consejero? ¿A partir de qué cifra se puede estar tranquilo en cuanto a la transmisión del virus? 450 en cualquier ciudad de Europa sería una cifra altísima…
- No estamos tranquilos hasta que el virus desaparezca de nuestras vidas. Y eso llevará su tiempo. Lo importante es no quedarnos sólo con el rango, con la cifra, sino ver la evolución. No es lo mismo llegar a 250 casos si uno viene de descender de 500 que si está creciendo desde 50. Evidentemente no es la misma la tendencia y la evolución que, en esta pandemia, es clave.
Nosotros llevamos cuatro semanas, en esta segunda ola, de descenso mantenido en cuanto a contagios, camas de hospitalización, camas de UCI… Creo que la situación no hay que verla sólo como el contagio sino asociado a la respuesta asistencial que pueda dar, en este caso la Comunidad de Madrid. Y la respuesta creo que es buena. Nos gustaría seguir descendiendo en el número de casos.
La situación que ha vivido Madrid este verano es que aquí se adelantó esta segunda ola respecto a otras CCAA y ahora estamos viendo una situación de descenso. La clave es monitorizar bien (saber los datos diarios, tanto epidemiológicos como asistenciales) y a partir de ahí ver cómo evoluciona y tomar las decisiones. En otros países de Europa toman unas decisiones acordes con una tendencia ascendente en la detección del número de casos. Y eso te condiciona mucho en las decisiones que tomas en cuanto a restricción, movilidad o de la actividad económica.
- ¿Qué previsión de incidencia acumulada cree que tendremos la semana que viene o dentro de dos? ¿O es difícil realizar ese cálculo?
- Siempre estudiamos las previsiones tanto a corto plazo (una semana) como a medio y largo plazo. Al principio de la pandemia hacer esas previsiones era más sencillo ya que la movilidad estaba totalmente restringida: estábamos confinados y toda la población de la región se comportaba exactamente igual. Sin embargo, ahora tenemos más factores que dificultan más hacer esa previsión: movilidad, vuelta al colegio, vuelta al trabajo, la limitación de aforos en hostelería… Pero lo que estamos viendo ahora, por nuestra capacidad diagnóstica (por PCR y test de antígenos), es una tendencia mantenida en descenso en número de casos las últimas cuatro semanas. El pico de contagios lo detectamos el 17 de septiembre y a partir de ahí no ha parado de descender.
- La tendencia de las UCI es a la baja. Este jueves había 463 ingresados cuando llegamos a tener 513 a comienzos de octubre. ¿Por qué desciende la cifra en UCI, porque se les da de alta o porque al estar en UCI los pacientes pueden fallecer?
- Por los dos motivos. Explico el comportamiento asistencial: detectamos el caso, si el caso se complica hacemos la hospitalización en el plazo de 7-10 días, después la UCI va con un proceso similar. El paciente de UCI es un paciente crítico, requiere una especialización en esa cama en cuanto a la ventilación, medicación, al personal sanitario que le atiende…
Son hospitalizaciones más largas, de más tiempo. ¿Cómo evoluciona? Que el efecto que tenga la UCI sobre el paciente le permita el alta y vuelva a la hospitalización; o bien que el paciente se complique y acabe falleciendo.
La tasa de letalidad en esta segunda ola respecto a la primera ola ha descendido un 40%; el porcentaje de pacientes no intubados en UCI ha bajado bastante: un 30% de ellos está sin intubar. ¿Por qué? Porque nuestros intensivistas han aprendido mucho desde el inicio de la pandemia a ahora.
- ¿Qué le parece el nuevo plan del Ministerio para establecer la situación epidemiológica de cada comunidad basada en unos niveles a modo de semáforos? Contiene criterios muy elevados y ambiciosos, por ejemplo, es peligro extremo una IA de más de 250 casos. Madrid y otras muchas otras comunidades autónomas ya estarían en ese nivel.
- Por fin, siete meses después tenemos un baremo que sea uniforme para todas las comunidades. Era lo que tenía que haber ocurrido hace meses, era lo lógico: que todas las autonomías se midieran por los mismos parámetros. Nosotros, por desgracia, sufrimos el atropello del estado de alarma con unos criterios sin ningún tipo de contraste científico: 500 de incidencia acumulada, un criterio de UCI no avalado en el cambio de fase…
Por fin, siete meses después tenemos un baremo uniforme para todas comunidades, era lo lógico
Seguimos echando en falta que, de los ocho nuevos criterios, seis sean criterios epidemiológicos y sólo dos sean asistenciales. Es más, uno de ellos es el de UCI que está condicionado a algo fundamental en una pandemia que es la capacidad de elasticidad para tener camas de UCI: eso lo han eliminado de un plumazo porque establecen que se cuente el número de camas UCI pre-covid. Eso ya no responde a la realidad y evalúa muy poco cuál es la capacidad como sistema sanitario para cómo atiendes a tus pacientes críticos.
- Pero, para entenderlo bien, ¿cuántas camas UCI hay en Madrid en situación normal y hasta cuánto se podría llegar?
- Ahora mismo tenemos en UCI a 460 pacientes Covid aproximadamente. Pacientes en UCI, sin Covid, tenemos a 403. Camas funcionantes, instaladas, tenemos más de 1.100 y la elasticidad de la sanidad madrileña puede llegar hasta 1.900 camas de UCI.
- Es decir, 800 camas extra de UCI que se podrían instalar si se necesitara…
- Ahora mismo sí. De hecho, fue la capacidad que tuvimos en el pico máximo de pandemia. Llegamos a tener 1.900 camas instaladas, aunque no todas funcionando. 1.500 fueron pacientes Covid. Es una capacidad muy elástica. Es verdad que cuando llegas a ese extremo de camas de UCI tienes toda tu actividad volcada con pacientes Covid pero hay una capacidad de elasticidad clara.
- Me llama la atención del nuevo baremo del Gobierno las recomendaciones sobre las terrazas. En el baremo que hemos comentado, el Gobierno no recomienda cerrar las terrazas ni en el caso más extremo, con la incidencia más alta. Cataluña, sin embargo, sin estar en situación extrema las ha cerrado. ¿Se contagia el virus en las terrazas o no?
- Es verdad que la transmisibilidad del virus en espacios abiertos disminuye un 70% respecto a espacios indoor. Tiene sentido, por tanto, que la actividad de la restauración se vuelque hacia espacios abiertos que hacia espacios interiores. Se han llegado a suprimir las barras, la distancia de seguridad, el uso de la mascarilla… Hay una parte de responsabilidad individual y hay otra de los propios encargados de la restauración… si todos cumplimos con las normas establecidas (límite de mesas de 6 personas, etc…) no hay necesidad de más medidas.
- Entonces, ¿qué le parece que Cataluña haya cerrado todas las terrazas dos semanas?
- Siempre que restringes cualquier tipo de actividad o de movilidad funciona para la disminución del contagio. Pero también hay que valorar cómo seguir con cierta actividad. Ellos sabrán cuál es la situación epidemiológica que tienen y habrán tomado esta decisión. Es una decisión muy estricta el cerrar todas las terrazas, es una decisión de mucho calado. Han tenido que ver la situación muy compleja para tomar este tipo de decisiones.
- ¿Ha tenido la ocasión de hablar con la consejera de Sanidad catalana, Alba Vergés?
- He hablado en algunas ocasiones. Tuvimos una conversación cuando pusimos en marcha Ifema: hablamos de cómo era el modelo, cómo lo habíamos hecho. También hablamos sobre los rastreadores, hace poco sobre la estrategia de la prueba de antígenos… Sí, tenemos comunicación con todos los consejeros. Al fin y al cabo, todos hemos vivido esta situación con mayor o menor intensidad. Hay experiencias que siempre puedan ayudar. Sólo hablamos de temas estrictamente sanitarios, de otros temas políticos iba a ser muy difícil que habláramos.
- El estado de alarma se acaba el próximo viernes 23. A partir de ahí, ¿qué?
- Por lo que hemos visto en el documento del Ministerio sobre los baremos derivado ayer (por el jueves) a todas las comunidades entiendo que ese va a ser el procedimiento que va a seguir Sanidad: tratar de llegar al máximo consenso con ese documento. Ahora estamos todas las comunidades revisándolo y alegándolo. Se tendrá que aprobar en el Consejo Interterritorial el documento con el máximo apoyo posible. Y, a partir de ahí, trasponer la decisión que se tome y aplicarlo en cada autonomía.
- Pero a día de hoy todavía no se sabe qué pasará en Madrid cuando decaiga el estado de alarma, ¿no?
- De momento no. Primero hay que ver si decae el estado de alarma porque, en vista de la relación que hemos mantenido con este Gobierno…. Igual que lo implantaron… Ahora han filtrado que parece que sólo quieren que sea durante 15 días lo cual confirma que es una medida todavía menos meditada. Porque algo tan serio como es la invasión de competencias de una Comunidad Autónoma, hacerlo sólo para 15 días es… Sobre todo, una decisión del calado de restringir parte de la movilidad cuando ya teníamos un sistema de zonas básicas de salud que estaba controlando la pandemia, lo cual es todavía más difícil de entender. En caso de que decaiga el estado de alarma seguiremos aplicando las zonas básicas de salud.
Si decae el estado de alarma seguiremos aplicando el sistema de zonas básicas de salud
- Acaba acusar al Gobierno de atropello de las libertades, de falta de credibilidad y de funcionar de criterios no sanitarios. Dos cuestiones: ¿en qué se basa para acusarles de todo esto? Y, en segundo lugar, viendo sus acusaciones y la respuesta del Gobierno, ¿qué les diría a los ciudadanos que asisten atónitos a este cruce de declaraciones en mitad de una pandemia?
- Todo viene a raíz de una orden que dicta el Ministerio de Sanidad que tenemos que aplicar todas las comunidades y nosotros trasponemos esa orden tal cual, para poblaciones de 100.000 habitantes con una serie de criterios como una IA de más de 500 contagios por cada 100.000 habitantes, criterios de positividad y de UCI. Traspusimos la orden y actuamos.
El procedimiento que sigue para aprobar esa orden contó, en la Comisión de Salud Pública, con el rechazo de la inmensa mayoría de los directores. Sobre todo, porque dijeron que los criterios del Gobierno eran políticos, pensados de manera unilateral para una Comunidad y no para un Sistema Nacional de Salud. ¿Por qué un criterio de 500 en incidencia acumulada? ¿Por qué no se tuvo en cuenta la elasticidad de las UCIS? ¿Por qué poblaciones menores de 100.000 habitantes? ¿Por qué no 50.000 habitantes o 20.000? Con todo, nosotros acatamos la orden, pedimos la ratificación de la justicia y luego el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dijo que no podía continuar porque era un estado de alarma encubierto. Y tras ello el Gobierno impone el estado de alarma.
Creo que es bueno conocer toda la secuencia porque la tendencia que tenía la Comunidad de Madrid en número de casos era descendente y nosotros controlábamos con las zonas básicas de salud los lugares donde se producían el 30% de contagios de la región. El control de las zonas básicas de salud es mejor porque controlas mejor los contagios, es un control más fino de la pandemia. Y, al estar funcionando, no entendemos el porqué del estado de alarma, porque cuestiona las decisiones que tomábamos en la Comunidad.
- Decía el ministro que no tenían bajo control la pandemia en la Comunidad de Madrid.
- Rotundamente falso. No hemos dejado de tener ese control. Y, de hecho, Madrid siempre ha sido el que ha tratado de impulsar reformas a nivel de ministerio. Lo hicimos la primera semana de marzo, cuando cerramos los colegios; lo hicimos con el uso de mascarilla, con el cambio de fase. Siempre hemos tratado, por todos los medios, de que el Ministerio no utilizara criterios políticos, sino que utilizara criterios técnico-sanitarios para controlar la pandemia…
- Pero, consejero, ¿por qué cree que el Gobierno utiliza criterios políticos y no médicos para controlar la pandemia? ¿Qué sentido tiene?
- Pues no lo sé. Es algo difícil de entender. Por ejemplo, no podemos pasar de tener una reunión un martes en la que nos alaban y felicitan por nuestra decisión de las zonas básicas de salud para controlar la pandemia y en 48 horas nos plantean que hay que cerrar Madrid. Es algo que no entendemos. No sabemos qué pasó en esas horas para que pasemos de ser felicitados a, de repente, tomar Madrid. No lo hemos llegado nunca a entender. Se lo he dicho personalmente la ministro: me parecía que no era actuar con lealtad con la Comunidad de Madrid y que había que pensar en los madrileños.
- ¿Cree que si en la Comunidad de Madrid no gobernara el PP y gobernara el PSOE esos 'criterios políticos' no hubieran existido?
- Hombre… (sonríe). El ejemplo claro está que hay otras .comunidades de distinto signo político de la Comunidad de Madrid que están en número de casos en IA muy por encima de Madrid en su momento y no se ha actuado en estado de alarma. Es que no nos olvidemos que el estado de alarma es una herramienta que, desde luego que el Gobierno tiene competencia para hacerlo, pero es una invasión de las competencias de la Comunidad, de una comunidad que tiene un control muy estricto de la pandemia.
- Cada vez más consejeros de Sanidad de las diferentes comunidades son médicos, como usted… El ministro Illa no lo es. Es filósofo. ¿Cree que ese hecho influye en su gestión y toma de decisiones? ¿Cree que sería de otra manera si fuera médico?
- Es una pregunta difícil. Probablemente pudiera ser así. Ésta es una crisis estrictamente sanitaria. Si uno no tiene un perfil sanitario debe asesorarse bien y acompañarse bien a la hora de esa toma de decisiones. Creo que durante este tiempo (Illa) no ha estado acompañado en ese sentido y sólo hay que hacer un poco de memoria de las situaciones vividas con respecto al Ministerio. Lo he dicho anteriormente: el no prever la dimensión de la pandemia al principio, luego las compras de equipos de protección individual donde echamos en falta un liderazgo… y ha habido otras decisiones que no han tenido el liderazgo del Ministerio que esperábamos.
Nosotros hemos tenido una sensación de soledad muy constante durante toda la pandemia. La sensación de estar acompañado es verte reforzado en tu toma de decisiones. Y, eso, no lo hemos vivido.
- ¿Cómo valoraría la gestión de Fernando Simón del 1 al 10 que, cuanto menos, ha sido controvertida? ¿Qué nota le pondría?
- (Duda…) Le pondría un… No sería… No quiero entrar en calificativos. Pero desde luego no ha estado a la altura y vuelvo a mi reflexión de la anterior pregunta: el Ministerio tiene la capacidad de tener los datos no sólo a nivel nacional sino a nivel internacional. Comparar la evolución de otros países.
No quiero entrar en calificativos sobre la gestión del doctor Simón
Y tenemos la sensación de que siempre ha llegado tarde. Es que ha sido una sensación terrible para las comunidades: detectar que tu Gobierno, el que tiene que adelantarse, el que tiene que coordinar, el que tiene que ayudar… El ejemplo más claro lo tenemos en la Comunidad de Madrid, Sánchez dijo "vengo a ayudar" y a lo que ha venido es a imponer y, encima, llegando tarde.
- ¿Detectan a los asintomáticos los test de antígenos que están realizando como lo hacen las PCR?
- Es verdad que la sensibilidad y especificidad de los test de antígeno es más alta cuando hay síntoma, cuando más cercado está al síntoma, pero también se utiliza en asintomáticos. De hecho, los test que estamos haciendo en las zonas básicas de salud con alta transmisibilidad está dando un porcentaje muy asociado a la Incidencia Acumulada.
- Con la suma de las PCR y los test de antígenos, ¿se ha bajado el número de test totales en la Comunidad de Madrid?
- La capacidad ha aumentado. Lo bueno que permite el test de antígeno es que cualquier profesional, tanto de la red de Atención Primaria como de la red hospitalaria, puede hacer esa prueba y saber el resultado en menos de 20 minutos. La PCR es una prueba que hay que enviar a laboratorio y los tiempos cambian. La capacidad diagnóstica de la Comunidad de Madrid está igual o ampliada por los antígenos.
Otra cuestión es que algunos días se hagan menos test porque también es verdad que como disminuye el número de personas con síntomas que acuden a nuestra red hospitalaria se hacen menos test. Pero todo está justificado porque la red asistencial lo que detecta, principalmente, son los sintomáticos. Si hay menos contagios, si hay menos síntomas, evidentemente hay menos pruebas, pero no porque la capacidad haya disminuido.
- ¿Para cuándo cree que estará lista la vacuna? Desde el Ministerio se comentó que a final de año. ¿Es realista?
- Creo que diciembre, sinceramente, por la información que recibimos de Astrazeneca como Janssen como las que están más avanzadas, no. Lógico, una vacuna hasta que sale al mercado tiene un periodo de seguridad y en esas fases está teniendo algún efecto secundario en alguno de los pacientes que están en esa fase de ensayo. Creo que diciembre prácticamente seguro que la vacuna no estará. Si se produjera en el primer trimestre del 2021 sería muy buena noticia, pero yo con el tema de las vacunas soy prudente porque tal y como están transcurriendo los ensayos en Fase III, no va con la celeridad que en un momento se nos había transmitidos. Hay que ser pacientes porque nos toca convivir con el virus y sin vacuna todavía queda una temporada larga.
- Si nos toca convivir con el virus, ¿cómo cree que van a ser las Navidades?
- Nosotros vamos estableciendo estimaciones o previsiones de cómo se puede comportar. Es verdad que hicimos el pico máximo de contagios desde el 17 de septiembre, ya han pasado cuatro semanas. Aunque es verdad que para llegar al 17 pasaron diez semanas. El comportamiento es muy de curva a la baja, pero lo vemos con mucha prudencia. De seguir así en esta fase de descenso llegaríamos a una situación buena a mediados de diciembre. Pero siempre hay que valorarlo con mucha prudencia, 15 días antes de Navidad para tomar decisiones.
En cualquier caso, hay que preparase porque estar con seis personas a reuniones a nivel interno nos va a acompañar durante mucho tiempo y las decisiones de movilidad, iremos viendo. La clave es la monitorización.
Hay científicos en Alemania y Francia que han pedido un confinamiento del 1 al 20 de diciembre para bajar los contagios antes de las reuniones familiares navideñas y para reactivar la economía en esas fechas. ¿Cómo lo valora?
- Confinar durante tres semanas para luego establecer el comportamiento posterior… me parece atrevido. Creo que hay que ser más humildes y cautos en el control de los datos. Es importante ver cómo evoluciona la tendencia. Y a partir de ahí ir tomando las decisiones. No lo veo como una buena decisión.
- Por último, ¿el toque de queda que han impuesto en la región de París y otras ocho ciudades francesas lo ve lejano aplicarlo en nuestro país o lo ve factible?
- Nosotros utilizamos algo no tan estricto como el toque de queda, porque tiene un efecto psicológico muy importante. En las zonas básicas de salud lo que establecimos es que a las 10 de la noche se cerrara toda actividad comercial, aunque se podía hacer movimientos esenciales. La clave para que el virus no se transmita es disminuir la movilidad y la actividad que genere movimiento. Nuestra medida iba en ese sentido. Y nos ha funcionado. Es verdad que en París están en una tendencia ascendente clara, aunque está claro que tendrá efectos positivos en la contención del virus.
Decidimos no utilizar el toque de queda porque tiene un efecto psicológico importante
- ¿Tienen previsto reunirse con la semana que viene con el ministro o con el doctor Simón?
- Con el señor Simón hay una reunión diaria más técnica que lidera desde la Consejería el doctor Zapatero y la doctora Andradas, con el secretario de Estado y el señor Simón.
¿Y con el ministro?
- Con el ministro tenemos todos los miércoles el Consejo Interterritorial y me imagino que se convocará el martes…