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Euforia en el PP tras el discurso "histórico" de Casado: "Prueba superada"

Santiago Abascal sólo ha recibido el apoyo de sus 52 diputados, muy lejos de la mayoría absoluta (176 votos) necesaria para que triunfase. Ha sido la menos votada de la Democracia.

Casado aplaudido por los diputados del PP.

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Al término de la última intervención de Pablo Casado se oyó en su menguada -por los rigores del coronavirus- bancada un "prueba superada" entre muchos aplausos entusiastas e interminables.

Así se habían tomado los populares esta moción de censura, como una prueba para el PP en general y para Casado en particular. Como una trampa, incluso, de Vox para retratar al principal partido de la oposición: o conmigo o contra mí y con Pedro Sánchez.

Y sin embargo, todas las dudas que tenían el miércoles se transformaron en alivio este jueves, e incluso en euforia tras escuchar a Casado romper amarras con Abascal en términos durísimos y desgarradores en lo personal, por la buena relación personal que les une. O les unía hasta ahora.

"No somos ni furia ni ruido. No queremos ser como usted. No somos como usted", señaló el líder de los populares en éxtasis.

"Histórico", "brutal", "apoteósico", "un antes y un después", "ya era hora"... los diputados del PP no escatimaron en adjetivos y loas, sacando pecho por el liderazgo de Casado, que dejó descolocado a Abascal con su dureza. De "desvarío estrambótico", llegó a calificar su moción de censura.

"Lamento profundamente el ataque personal", sostuvo el líder de Vox. Aunque desde su partido señalaban a ESdiario en privado que mal no les viene que Casado haya sido en este debate más severo con él que con el presidente del Gobierno.

Y lo que es más: que a pesar de esta especie de apostasía del líder del PP respecto a Vox y lo que representa, Vox no pondrá en riesgo los gobiernos regionales de Andalucía, la Comunidad de Madrid y Murcia. Así lo garantizó Abascal desde el estrado.

También Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se despellejaron mucho y muchas veces y ahora comparten Gobierno y se reparten amistosamente los tiempos en una moción de censura.

Iglesias que, viendo cómo Casado se había zafado de Abascal, corrió presto a la tribuna para intentar unir nuevamente lo que el líder del PP había desunido. "Hoy ha hecho usted aquí un discurso político brillante, pero llega tarde", aseguró disimulando el chasco del Ejecutivo.

Desde la dirección del PP insistían a este periódico en que el líder del partido llevaba mucho tiempo preparando este discurso y con la decisión tomada de votar "no", pero que quería medir bien los tiempos. Y también tener tiento con los votantes de Vox, que esos sí le preocupan a Casado.

De hecho a ellos apeló en estos términos: "Vox es lo que es, pero respeto mucho a sus votantes y por eso voy a aprovechar la oportunidad para dirigirme a ellos. Primero, porque no merecen pasar por radicales o extremistas, porque no lo son. Segundo, porque no merecen ser utilizados para una agenda que aleja la gran alternativa centrada".