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Fulminan sin piedad a los "Marqueses de Galapagar" por querer imponer la censura

Los ciudadanos responden con indignación a la propuesta de Podemos de evitar las críticas públicas al Gobierno con la excusa de perseguir los "delitos de odio".

Pablo Iglesias e Irene Montero

Publicado por
Yolanda Lorenzo

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Injuriar a la Corona, celebrar homenajes a terroristas o quemar la bandera española no tienen nada punible, a juicio de Podemos y del Gobierno. Pero criticar su gestión de la pandemia, sin embargo, puede ser perseguido.

Así se ha interpretado al menos en las redes la reforma legal impulsada por Pablo Iglesias para eliminar los "mensajes de odio", un fin loable si solo atendiera a esa modalidad concreta del abuso.

El problema es que su propuesta, que ha sido aprobada inicialmente en el Congreso con el rechazo de PP y VOX, es lo suficientemente difusa como para que se acabe obligando a las grandes firmas de las redes sociales, como Twitter o Facebook, a eliminar todo lo que le moleste a la coalición de PSOE y Podemos.

Con esa premisa, las redes ha respondido con enorme virulencia, destacando la "hipocresía" que, a su juicio, tiene denunciar mensajes críticos menores mientras se fomente el ataque a las instituciones, se minusvalora la exaltación del terrorismo o, en el pasado, se defendían los escraches. Los ejemplos son incontables, y han hecho de la expresión "Marqueses de Galapagar" uno de los Trending Topic del día:

La contertulia Cristina Seguí ha adjudicado la maniobra legal al diputado de Unidas Podemos Enrique Santiago, muy próximo a Iglesias y Montero, presentado como "abogado de las FARC" por sus servicios profesionales prestados en el pasado a distintos casos de una controvertida línea política.

Y uno más, aunque los mensajes se cuentan por ciertos, abre el abanico de las críticas a otro episodio reciente, el de las críticas personales de Podemos a los medios de comunicación. Y más en concreto a periodistas como Vicente Vallés, Ana Rosa Quintana o el propio Iñaki López, pese a ser una de las caras de La Sexta, una televisión que suele tratar con guante blanco a la formación morada.