El ministro de Sanidad hunde su credibilidad en la moqueta del Casino de Madrid
La fiesta VIP organizada por Pedrojota ha derivado en un problema político para el Gobierno y en especial para Illa, el hombre designado para rendir cuentas en este nuevo estado de alarma.
La fiesta VIP de El Español ha pasado de ser carne de red social a convertirse en un problema político para el Gobierno por la asistencia del titular de Sanidad, Salvador Illa. Además de eclipsar la aprobación del anteproyecto de Presupuestos "progresistas y de país".
Las imágenes de la velada en el Casino de Madrid muestran al ministro tocando y dejándose tocar por algunos de los invitados, y sin respetar la distancia de seguridad.
Todo ello un día después de que el Consejo de Ministros decretara el estado de alarma y el propio Pedro Sánchez anunciara su intención de alargarlo hasta el 9 de mayo porque así lo recomiendan los expertos -argumentó-.
Las crisis de credibilidad para el Ejecutivo está servida, en tanto que Illa es el hombre designado por el presidente para rendir cuentas ante la Cámara Baja -no sin polémica- durante la excepcionalidad. Para empezar, Illa será este jueves quien defienda en el Pleno el estado de alarma, y no Sánchez.
Pero es que además, la intención del presidente es que su desgastado ministro de Sanidad sea quien acuda quincenalmente a la comisión parlamentaria del ramo para someterse al control de los grupos parlamentarios. Lo que tiene a toda la oposición soliviantada.
Las fotografías de Illa -como también las del resto de asistentes del PP, PSOE y Cs- han dado la vuelta al país en las últimas horas; mezcladas con declaraciones suyas recordando a la ciudadanía la importancia de evitar desplazamientos innecesario, mantener la distancia social, no celebrar reuniones de más de seis personas y ser escrupulosos en el uso de mascarillas y el lavado de manos.
Rápidamente Unidas Podemos vio venir las curvas políticas y se quitó de en medio, contando a los periodistas que Pablo Iglesias, Alberto Garzón y el resto de los dirigentes de la coalición rechazaron de entrada la invitación de Pedrojota Ramírez porque no les parecía apropiado.
El revuelo ha sido tal que este martes la ministra portavoz, María Jesús Montero, sostuvo que en el futuro se lo pensarán mejor antes de acudir a según qué actos. "Somos conscientes de que somos referentes de la población", sostuvo.
Cabe recordar que cuando a Isabel Díaz Ayuso se le fue de las manos el acto de clausura del hospital temporal de Ifema, en mayo, el PSOE, Más Madrid y Podemos fueron muy críticos. Había demasiados invitados en poco espacio. El portavoz de Más Madrid, Pablo Perpinyà, lo calificó de "bochornoso y una falta de respeto a todos los madrileños".
Además, llueve sobre mojado en las filas socialistas. El domingo, la presidenta de Baleares, Francina Armengol, tuvo que pedir perdón públicamente después de varios días de silencio tras descubrirse que estaba en un bar de copas a las dos de la madrugada cuando el local debía haber cerrado a medianoche. "Soy consciente de que la imagen que he trasladado no es adecuada para la ciudadanía", señaló sin atender las peticiones de dimisión.
Algo más atrás en el tiempo, la ministra de Educación, Isabel Celaá, se fue a Bilbao en el puente del 12 de octubre apenas dos horas después de haber participado en un Consejo de Ministros extraordinario en el que se había decretado el estado de alarma en parte de la Comunidad de Madrid y cerrado perimetralmente la capital. Tras ser pillada alegó que tenía un cólico y que había viajado a ver a su médico de cabecera.
Y ahora lo de Illa, que de momento este martes dio la callada por respuesta y se limitó a asistir a una reunión del Grupo Covid con las autoridades madrileñas como tenía previsto. El PP no puede recriminárselo porque allí estaban, entre otros, Pablo Casado, Isabel Díaz Ayuso, Teodoro García Egea, Cuca Gamarra, José Luis Martínez Almeida y Pablo Montesinos.