Las regiones se confinan mientras Sánchez se empeña en el poder total hasta mayo
Las autonomías quieren blindarse de cara al puente de Todos los Santos y así evitar la propagación del virus entre regiones, mientras Sánchez busca apoyos para su 'eterno' estado de alarma.
Los confinamientos perimetrales de las autonomías sigue sucediéndose uno tras otro y la llegada de la festividad de Todos los Santos ha llevado a los líderes regionales a estudiar la medida para limitar la movilidad y la llegada de visitantes que puedan provocar un incremento en las tasas de contagio. Aragón, País Vasco, Asturias, Navarra y La Rioja ya están confinadas, pero parece que la cascada de cierres puede seguir adelante.
De hecho, el presidente de Andalucía, Juanma Moreno ya ha avanzado que tomará la decisión antes del próximo fin de semana, aunque se ha mostrado "muy pesimista sobre la posibilidad de mantener la comunidad autónoma abierta".
En una entrevista en Cope, ha asegurado que los datos de contagios y hospitalizaciones no son nada "buenos". Además, ha avanzado que también se modificará el horario del toque de queda nocturno, que tras decretarse el pasado domingo el estado de alarma, transcurre actualmente entre las 23,00 horas y las 06,00 horas, aunque no ha precisado el cambio.
Por su parte, la Comunidad de Madrid también está valorando esa opción. Isabel Díaz Ayuso ha anunciado que decidirá entre hoy y mañana "con mesura y criterio" si llevar a cabo el cierre perimetral de la autonomía tras debatirlo con técnicos de Sanidad y con otros presidentes autonómicos principalmente los de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page y Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.
Y es que, precisamente Castilla y León también tiene sobre la mesa la posibilidad de blindarse, aunque ya cuenta con los confinamientos de otros municipios como Salamanca, León, Palencia o Miranda de Ebro.
Sin embargo, hay autonomías como la Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia o Baleares que descartan iniciar los cierres perimetrales, mientras que otras, más duras, como Cataluña barajan incluso llegar al confinamiento domiciliario de fin de semana.
Así, y mientras las comunidades van tejiendo su plan contra el coronavirus, blindándose ante la inminente festividad de Todos los Santos, Sánchez sigue adelante son su idea de imponer hasta mayo un estado de alarma, pese a que muchos de los partidos que conforman el Congreso de los Diputados ya han avisado de que es excesivo y negociaran a la baja este tiempo.
Los partidos no quieren dar carta blanca al Gobierno durante tanto tiempo
El más crítico, al margen de Vox, que ya ha anunciado su negativa a la aprobación de la medida, es el PP que ya ha avisado de que "podría ser inconstitucional" al "pretender limitar el control parlamentario y el jurisdiccional".
Por ello, Casado ya se abrió este lunes votar a favor del nuevo estado de alarma siempre y cuando se limite inicialmente a ocho semanas y que aproveche ese tiempo para diseñar el "plan B jurídico" que pasa por modificar la Ley Orgánica 3/1986 de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública.
También desde Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha instado al Gobierno a "bajarse del burro" y hablar con la oposición para alcanzar un acuerdo sobre la duración del estado de alarma, ya que "no puede estar seis meses sin dar cuentas". De hecho, cree que es compatible tener "cierta seguridad y certidumbre" para los próximos meses, con un marco jurídico que ampare medidas restrictivas para frenar los contagios, con garantizar la rendición de cuentas por parte del Gobierno en sede parlamentaria.
Pero, además, los socios independentistas de Sánchez se han mostrado críticos con la duración del estado de alarma. Desde Bildu, Mertxe Aizpurua, que no ha querido desvelar el sentido del voto al respecto, ha señalado que, no ve "desacertado" fijar un horizonte general de vigencia de seis meses, pero considera "excesivo" prorrogarlo directamente durante seis meses "sin apenas control parlamentario".
También, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, considera "peligroso" que el Congreso no tenga control sobre el estado de alarma, ya que no va a poder intervenir en su gestión durante seis meses, ni votar qué medidas se van eliminando o añadiendo.
El diputado independentista ha declinado adelantar el voto de ERC en caso de que el Gobierno no modifique el decreto de la prórroga, pues considera que "hay margen" para negociar y se mantienen las conversaciones. "Lo importante es que se está hablando y hay 48 horas de margen", ha comentado.
Junto a él se ha posicionado también Junts que ve "excesivo, abusivo y peligrosísimo" que el Gobierno pretenda extender el estado de alarma durante seis meses "y sin control". Además, ha criticado que no hable nada del teletrabajo, ni de la extensión los ERTE, ni de reducción del IVA para proyectos de primera necesidad, entre otras medidas, o que no dé autonomía para que cada comunidad pueda tomar medidas "asimétricas" en función de sus datos epidemiológicos. "Se vuelve a recentralizar el mando único", ha aseverado, para dejar en el aire el sentido del voto, mientras que los otros cuatro diputados del PDeCAT ya han anunciado que lo apoyarán.
Por su parte, Compromís, otro de los partidos que ha apoyado a Sánchez sin fisuras, han mostrado su descontento ante la propuesta, anunciando que estaría dispuesto a apoyarla hasta Navidad. Joan Baldoví ha asegurado que, desde su punto de vista un estado de alarma "largo" puede dar "seguridad", pero extenderlo tanto tiempo puede conducir a la "desesperanza", por lo que seguirá negociando con el Gobierno para poder recortar su duración.
Así, y ante este panorama incierto, Sánchez tendrá que negociar con todos los grupos parlamentarios, ya que hay muchos que a día de hoy, o al menos en público, no están dispuestos a dar un cheque en blanco al Gobierno durante tanto tiempo. El jueves, será la votación en el Congreso de los Diputados y las cartas están sobre la mesa.