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Preguntamos a los jóvenes sobre ETA y el resultado es desolador: "No me suena"

Las nuevas generaciones de españoles se están educando en el total desconocimiento de la banda terrorista. No saben ni siquiera quiénes fueron Miguel Ángel Blanco y Gregorio Ordóñez.

Un grupo de universitarias.

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El olvido es una segunda muerte para los 857 asesinados por ETA. Y un informe de la consultora GAD3 dio hace solo unos días la voz de alarma, al cumplirse el noveno aniversario del cese de la "actividad armada" de la banda terrorista.

Éste revelaba que seis de cada diez jóvenes españoles no saben quién es Miguel Ángel Blanco, ni Gregorio Ordóñez, ni Irene Villa, ni tampoco José Antonio Ortega Lara. Y mientras, el Gobierno de Pedro Sánchez anuncia que quiere incluir la llamada memoria democrática en el currículum educativo pero no esta página de la historia de España mucho más reciente.


Curiosamente es la televisión la que está intentando llenar ese vacío. Este viernes, con el estreno de la serie documental de ocho capítulos El desafío: ETA, de Amazon Prime Video. Antes fue HBO con la adaptación de Patria, el best seller de Fernando Aramburu. Sin olvidar El final del silencio, el conmovedor documental de Jon Sistiaga para Movistar.

ESdiario ha querido comprobar de primera mano las conclusiones del informe de GAD3. El periodista Cake Minuesa ha recorrido varias facultades universitarias, micrófono en mano, preguntando a los estudiantes de Ciencias de la Información, Derecho, Informática y Biología, entre otras carreras, por los nombres de algunas de las víctimas más simbólicas de ETA.

El resultado salta a la vista. La mayoría responde abiertamente que no conoce al joven concejal de Ermua asesinado en 1997, ni al que fuera carismático portavoz del PP en el Ayuntamiento de San Sebastián. Tampoco al funcionario de Prisiones que protagonizó el secuestro más largo y agónico de los terroristas.

La semana pasada, durante la moción de censura presentada por Vox, Santiago Abascal leyó en la tribuna del Congreso los nombres de las 857 víctimas de ETA. Algo que nunca nadie había hecho en la Cámara, y en presencia de los diputados de Bildu. Se hizo un silencio atronador.