Bronca histórica en el Congreso con decenas de diputados gritando "libertad"
El debate sobre la nueva Ley de Educación ha dejado uno de los momentos históricos del hemiciclo, todos los diputados en pie en medio de una pelea sin precedentes
La escena vivida en el Congreso de los Diputados este jueves durante el debate sobre la nueva Ley de Educación, conocida como Ley Celaá, pasará a la historia. Medio hemiciclo, la oposición en bloque, en pie gritando "Libertad, libertad", frente a otro medio hemiciclo, conformado por el Gobierno y sus socios, también en pie, aplaudiendo por la futura aprobación de la norma.
La bronca se ha desatado cuando la diputada socialista encargada de defender la propuesta, María Luz Martínez Seijo, ha nombrado a los representantes de los grupos parlamentarios que han apoyado la ley, asegurando que "creen y apuestan por la educación". "A todos los que creen en la educación española y en su avance, porque con la educación se progresa, ha zanjado.
En ese momento, mientras los diputados de PSOE y Podemos aplaudían su intervención, toda la bancada de la derecha se ha puesto en pie y golpeando los escaños gritaban al unísono, "¡libertad, libertad!", ante el atropello al castellano y a la concertada que propone la nueva norma educativa, ya que consideran que cercena la posibilidad de los padres de elegir la educación de sus hijos.
En ese momento no estaba en el Salón de Plenos el presidente del PP, Pablo Casado, que había salido a la Plaza de las Cortes a plasmar su firma contra la 'Ley Celaá' en uno de los lugares habilitados para ello. por el propio partido.
Mientras tanto la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet ha optado por permitir durante casi tres minutos que PSOE, Unidas Podemos, PP y Vox, expresaran con estos gestos y gritos su parecer ante el avance de la nueva Ley de Educación y no ha hecho comentario alguno ante lo que se estaba viviendo en el hemiciclo.
Además, durante el debate, la diputada del PP, Sandra Moneo, ha asegurado que "es un proyecto profundamente ideologizado. Suprime la cultura del esfuerzo y la búsqueda de la calidad. Un proyecto que despoja de toda autoridad al profesorado y destierra el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos".
De hecho, cree que "tramitando esta Ley, el PSOE ha perdido su condición de partido de Estado y de Gobierno. Todo por mantenerse en el poder", de manera que el PP utilizará todos los mecanismos a su alcance "para frenar la deriva autoritaria de este Gobierno. Impulsaremos, en el ámbito de nuestras competencias, un modelo educativo vertebrador que garantice la igualdad educativa".
También Vox ha mostrado su rechazo a la norma y ha calificado la ley de "sectaria y peligrosa", admeás de acusar al Gobierno y sus "socios bolivarianos de usar la educación para la difusión de su ideología" y a los "separatistas de querer convertir la escuela en una máquina de independentistas y un instrumento de sedición".
Por su parte, Ciudadanos considera que la norma "está más ideologizada que la propaganda electoral" y supone "un ataque a la libertad de educación de las familias y un mercadeo de los derechos lingüísticos por un puñado de votos".
Así, ha tildado la norma de "atrocidad de estilo estalinista que atenta contra los niños que necesitan una educación especial". "Confunden la inclusión con la educación ordinaria", ha asegurado para añadir que el Gobierno "no tiene ni estrategia ni otorga recursos para la formación y modificar una ley sin estrategia y sin dinero es una temeridad".
Por su parte, el "blindaje de la inmersión lingüistica" ha sido la defensa elegida por Podemos para defender una norma, una alegría compartida por la diputada de ERC Montserrat Bassa que se mostró "orgullosa de esta ley como pedagoga, como independentista". De hecho, gracias a los votos independentistas, la Ley Celaá saldrá adelante, aunque sin el respaldo de gran parte de la ciudadanía y sin haber siquiera consultado a los directamente implicados, los docentes.