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Cataluña derrocha en chiringuitos nueve veces el coste del hospital de Ayuso

Los 100 millones del primer hospital de pandemias desatan una campaña contra Madrid que no se da con derroches escandalosos de la Generalitat. Son éstos.

Ayuso y el nuevo hospital

Publicado por
Yolanda Lorenzo / Javier Rodríguez

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¿Ha acertado la Comunidad de Madrid al invertir 100 millones de euros en el primer hospital público especializado en pandemias de España? La oposición y algunos sindicatos médicos han criticado el desembolso en una instalación que continúa el improvisado hospital de IFEMA al comienzo de la pandemia, atacado entonces sin piedad y alabado luego por la Unión Europea y la OMS.

El "Enfermera Isabel Zendal" ha sido objeto esta vez de duros ataques por su coste, la falta de quirófanos, la ausencia aún de pacientes o los supuestos problemas de personas; todo contrariedades pasajeras que, aseguran fuentes oficiales a ESdiario, quedarán resueltas en breve: "Se contrataron a 11.000 profesionales sanitarios desde marzo para poder desplazar a sitios como éste a los que hagan falta", aseguran.

Con respecto al presupuesto, que duplica al previsto inicialmente, parece sorprender las críticas al centro sanitario si se contrasta con el dinero que, en otras Comunidades, se destina a organismos aparentemente menos necesarios que un hospital de pandemias y que, sin embargo, no tienen la contestación política que éste.

Solo en acción exterior, la Generalitat ha gastado el coste de cuatro hospitales como el de pandemias de Madrid

El caso más paradigmático lo representa Cataluña, una de las regiones más afectadas por el coronavirus, tanto en contagiados como en fallecidos. Allí no existe un centro similar, pero la Generalitat sí dedica ingentes presupuestos a servicios tan superfluos, al menos al lado de éste, como el servicio de "Asuntos Exteriores", conocido como Diplocat.

A toda la promoción exterior del secesionismo el Govern de Mas, Puigdemont, Torra y ahora Aragonés ha dedicado en los últimos años decenas de millones de euros, con una cifra final casi imposible de reconstruir que Lorena Roldán, de Ciudadanos en Cataluña, se atrevió a fijar en 900 millones de euros. Nueve veces lo que ha costado el "Isabel Zendal".

Lo derrochan, según denunció el pasado mes de junio, en "estructuras que no sirven absolutamente para nada": duplicidades en la estructura, altos cargos "que cobran millonadas", comités de expertos nombrados "a dedo" para el asesoramiento público y "chiringuitos" varios, como las llamadas embajadas del Govern.

Sobre éstas, el único dato fiable indica que cuestan en torno a seis millones de euros al año como mínimo en la última década, lo que ya superaría el presupuesto inicial del hospital madrileño de pandemias. Sí hay información fiscalizada del Tribunal de Cuentas sobre el coste de Diplocat, y es apabullante.

Solo entre 2011 y 2017, según la información oficial a la que ha accedido ESdiario, la Generalitat gastó en Diplocat 416.8 millones de euros, el precio que tendrían cuatro centros sanitarios como el recién inaugurado en Madrid.

Más gastos

Pero hay más, y no solo en Cataluña. Tomando por referencia el esfuerzo económico de la Comunidad de Madrid, esos cien millones de euros, salen gastos tan sorprendentes como el dedicado desde el Gobierno a renovar la flota de coches oficiales o a dar una "paga extra" a Radio Televisión Española para 2021, mejorando el ya ingente gasto que soporta.

O uno más chocante aún, pero inevitable con la ley de financiación de partidos en la mano: la representación institucional que tiene el partido de Arnaldo Otegi le ha convertido en receptor, solo desde 2015, de más de 40 millones de euros del erario público.