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Patrimonio reforma de urgencia El Pardo, donde Felipe quiere enviar al Emérito

Oficialmente las obras son para mejorar la estancia de los mandatarios extranjeros que se hospedan allí, pero por la pandemia hace meses que no lo hace ninguno. Ni hay previsión.

¿Acabará Juan Carlos I viviendo en El Pardo?

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Patrimonio Nacional acaba de iniciar una reforma urgente en el Palacio de El Pardo, precisamente cuando se especula con que ésa y no Zarzuela pudiera ser la residencia de Juan Carlos I una vez que regrese a España de Emiratos Árabes Unidos.

De momento los trabajos, según ha podido saber ESdiario, consisten en la "renovación y sustitución del equipamiento de la cocina" , toda vez que durante la pandemia se habían habilitado nuevas dependencias en la planta baja para ella.

Oficialmente, las obras no tienen nada que ver con que el Rey emérito pudiera acabar viviendo en El Pardo, puesto que Felipe VI no quiere que su padre vuelva a Zarzuela y este último está haciendo lo posible por abandonar Abu Dabi cuanto antes (incluido presentar una declaración complementaria por valor de 678.393 euros en Hacienda).

Según Patrimonio Nacional, la reforma, adjudicada por el procedimiento de urgencia -detalle no menor- a la empresa Hiperhostel Maquinaria para Hostelería, se debe a que El Pardo es la residencia oficial de los jefes de Estado extranjeros cuando se encuentran de visita en España. Y que desde el año 2000 en que se hizo la última reforma importante solo ha habido "intervenciones puntuales pero no integrales". Así que ya toca.

No obstante, llama la atención que el pasado 23 de septiembre el gerente del Consejo de Administración de Patrimonio Nacional, Ernesto Abati, firmara una resolución declarando el carácter urgente de dicha contratación, que finalmente se cerró el pasado 1 de diciembre por valor de 157.480 euros (IVA incluido).

Y llama la atención porque, dada la pandemia del coronavirus, El Pardo lleva meses sin recibir la visita de ningún mandatario extranjero, ni tampoco hay previsión de que ello cambie en el corto plazo. Ni siquiera hay cenas de gala en sus salones desde hace tiempo.

De hecho, cuando la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y varios líderes de la UE más vinieron a Madrid en julio con motivo del homenaje a las víctimas del Covid-19, no cenaron en El Pardo sino en La Moncloa con Pedro Sánchez.

El documento firmado por el gerente de Patrimonio Nacional el pasado 1 de diciembre.

La reforma ahora iniciada forma parte de un plan estratégico aprobado por el Consejo de Administración de Patrimonio Nacional, que a su vez depende orgánicamente de la Presidencia del Gobierno. Es decir, del propio Sánchez.

Ese plan se llama "Mejora de la Infraestructura Operativa de Apoyo a la Corona, como Jefatura del Estado, en virtud del mandato Constitucional". Según Patrimonio, para prestar "apoyo institucional" a la Casa Real hay que disponer de una "infraestructura adecuada y suficiente". Pero sus responsables no especifican más.

El Pardo es un lugar cargado de recuerdos para Don Juan Carlos. En 2004 mandó reformar íntegramente La Angorrilla, una finca ubicada en sus imponentes terrenos ocupada en el pasado por agentes forestales y que se convirtió en residencia de Corinna Larsen. Y nido de amor.

Aquella obra corrió a cargo de los presupuestos de Patrimonio Nacional entre las anualidades de 2004 y 2006. Pero enmascarada bajo el epígrafe "actuaciones de conservación y mejora de las casas forestales del monte de El Pardo" (así figuraba en la memoria de Patrimonio Nacional de 2004) o, en el ejercicio de 2006, "obras de conservación en La Angorrilla".

Ni Patrimonio Nacional ni la Casa Real han aclarado nunca cuánto costó el nido de amor del entonces jefe del Estado, aunque se ha llegado a hablar de dos millones de euros.