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Codazos en el Gobierno: Sánchez castiga a Iglesias y el vicepresidente se rebela

El líder de Unidas Podemos se resiste a perder influencia en el Ejecutivo tras la aprobación de los Presupuestos, mientras las encuestas le castigan y su socio le da la espalda.

Iglesias y Montero discutiendo en los pasillos del Congreso. Fotografías de Europa Press.

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La discusión que protagonizaron este miércoles en Congreso de los Diputados el vicepresidente Pablo Iglesias y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y que ha acabado con ese "¡no seas cabezón!" es la imagen más gráfica de la tensión que se vive en el seno de la coalición de Gobierno. Donde se multiplican las batallas por la agenda social y la campaña que ha emprendido Unidas Podemos contra la Monarquía.

Un desencuentro en el seno del Ejecutivo que tuvo continuidad por la tarde, cuando Iglesias abandonó ostensiblemente su escaño mientras la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, sostenía que la política del Gobierno sobre Venezuela la marcan el presidente y la titular de Exteriores.

Hasta tal punto la relación está deteriorada por los continuos pulsos -y además públicos- de Pablo Iglesias que Pedro Sánchez ha decidido "castigar" al líder morado cortando cualquier tipo de contacto con él en las últimas semanas, excepto el inevitable de los martes en torno a la mesa del Consejo de Ministros. En esta quincena no ha habido reuniones entre los dos líderes ni tampoco entre sus hombres de confianza para coordinar la acción del Gobierno.

Y es que, para regocijo de Moncloa, aunque aparentemente el vicepresidente segundo gane los pulsos de la llamada agenda social, los morados no están obteniendo ningún rédito electoral y el PSOE se está merendando a Podemos, atendiendo a las encuestas.

La última, de GAD3, pronostica un hundimiento de Unidas Podemos de hasta 15 escaños, aunque el PSOE sólo ganaría tres diputados y sigue perdiendo votos por el centro por sus pactos con Bildu y ERC.

Unos resultados insuficientes si quiere desembarazarse de Iglesias a medio plazo, por lo que Sánchez, en su enésima pirueta, se dispone a rescatar del armario la chaqueta de centrista.

Con los Presupuestos Generales del Estado listos para su aprobación el próximo 22 de diciembre, Sánchez se siente fuerte para marcar distancias con Iglesias, recuperar el terreno perdido frente a Podemos e inaugurar una nueva agenda en la que prevalezca su perfil más moderado.

Felipe VI y Pedro Sánchez juntos en la exposición de Azaña

El nuevo guión de Sánchez, adelantado por el director de ESdiario, Antonio Martín Beaumont, va a tener como uno de sus principales retos abrazarse a Felipe VI y defenderle precisamente de las andanadas de sus socios de Gobierno.

Antes de que acabe el año, el presidente acompañara a Don Felipe en dos actos públicos. Uno que se celebra este jueves y que tiene todo los ingredientes para que el Gobierno ensalce la figura del Rey: la inauguración de la exposición Azaña: intelectual y estadista. A los 80 años de su fallecimiento en el exilio que va a presidir Felipe VI y al que asisten el presidente del Gobierno y la vicepresidenta Carmen Calvo.

Una magnífica ocasión para que las terminales monclovitas elogien el talante de Don Felipe y sus profundas convicciones democráticas asistiendo a un acto sobre el presidente de la Segunda República. Y no va a ser además, el único acto público que protagonicen juntos antes de que acabe el año.

Calviño se impone a Iglesias con el SMI

Va a ser otra de las decisiones donde Sánchez marque distancias con su socio y de paso le dé una victoria a su vicepresidenta económica, Nadia Calviño. El presidente se inclina por mantener congelado el salario mínimo interprofesional y no subirlo a pesar de las exigencias del vicepresidente segundo.