"Cláusula trampa": la UE no podrá reclamar si las farmacéuticas se quedan cortas
Pfizer, Moderna y el resto de compañías se han guardado las espaldas en los contratos firmados con la UE, caracterizados por la opacidad, por si el ritmo de producción se resiente.
La Comisión Europea dio este lunes luz verde a la vacuna de BioNTech y Pfizer horas después de que la Agencia Europea del Medicamento avalara su seguridad y eficacia, tal y como estaba previsto.
Así pues, los planes de la UE siguen en marcha: la campaña de vacunación empezará el domingo 27 de diciembre, y lo hará por las residencias de ancianos. La vacuna no será obligatoria pero quien se niegue a ponérsela quedará identificado en un Registro de Vacunación.
La secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, y la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, María Jesús Lamas, comparecieron este lunes por la tarde para reiterar que España está preparada para el reto de vacunar a dos tercios de la población en los primeros meses.
El pasado sábado, el BOE publicó una orden ministerial por la que Salvador Illa designaba a esta última como máxima responsable de la autorización de documentos contables para la compra de vacunas y para los pagos.
Lamas también ha formado parte del equipo negociador del Acuerdo de Compra Anticipada a través del que la UE ha firmado contratos con las principales farmacéuticas de forma centralizada. Con ella, también César Hernández, el jefe del departamento de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Española de Medicamentos.
La opacidad impera en los contratos con las farmacéuticas
A día de hoy una de las mayores preocupaciones del Ministerio de Sanidad es que la producción de las farmacéuticas se mantenga según lo previsto, más allá de los envíos iniciales comprometidos. En la UE impera la opacidad sobre los contratos que han firmado con Pfizer, Moderna, AstraZeneca y el resto por imposición de éstas, pero la directora de la Agencia Española de Medicamentos reveló hace unos días una cláusula hasta ahora desconocida. Una utilizada por las farmacéuticas para tener las espaldas cubiertas en el caso de no poder llegar a la producción comprometida.
En un congreso de la Fundación Abogacía Española, Lamas reconoció que hay mucha "incertidumbre" sobre cuándo van a llegar las dosis y en qué cantidad. "Esto depende de los contratos que se han hecho de compra anticipada europea. En estos contratos lo que se cierra es una cantidad global de dosis, pero la distribución a través de los trimestres, que es a lo máximo que se llegó a afinar, está sujeta a la capacidad de producción", empezó explicando.
Y acabó desvelando: "Los propios contratos tienen salvaguardas donde dicen que se hará (en alusión a las farmacéuticas) el mejor esfuerzo por cumplir con ese esquema de distribución pero que puede haber problemas en la producción que podría incluir algunos cambios sobre las cantidades y los plazos".
Está claro que las farmacéuticas tienen la sartén por el mango. También hace unos días, la ministra belga Eva De Bleeker reveló por error el secreto mejor guardado con el consiguiente enfado de las farmacéuticas: los precios de los 33,5 millones de vacunas que ha adquirido la UE este año, por un total de 279 millones de euros.
De hecho incluyó el desglose de cada una en un tuit que eliminó rápidamente, pero no con la suficiente diligencia. Cada dosis de la de Pfizer, la primera que se suministrará en Europa, ha costado 12 euros y la UE ha comprado cinco millones. Cada vacuna de Moderna han sido 18 euros, para un total de dos millones de dosis. La de Oxford/AstraZeneca ha sido la más asequible: 1,78 euros la unidad, y la UE ha adquirido 7,7 millones.
De la de Johnson & Johnson se han adquirido 5,2 millones por un precio de 6,95 euros la unidad. La de Sanofi y GSK ha costado 7,56 euros la dosis, hasta los 7,7 millones de ellas. Y la de CureVac sale por 10 euros la unidad, con 5,8 millones de ellas.
No obstante la UE no ha confirmado esta información.