El Rey pone distancia con su padre y apela a los principios "éticos y morales"
"Los principios morales que reclaman los ciudadanos obligan a todos sin excepciones y están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales"
Era, sin duda, el más esperado mensaje navideño de Felipe VI. El séptimo de su reinado. Con el escenario más endiablado de los posibles: con el Gobierno más hostil con la Corona de la Historia; con su padre, Juan Carlos I, enredado en varios escándalos; y con España atrapada en una triple crisis institucional, económica y sanitaria sin precedentes.
Y en una Nochebuena tan atípica por tantos motivos, el Rey ha zanjado el debate sobre la Monarquía sin ceder a las presiones más radicales. Sin citar expresamente a su padre, ha dejado marcada su opinión en un párrafo.
"En mi proclamación ante las Cortes Generales me referí a los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas. Así lo he entendido siempre, en coherencia con mis convicciones, con la forma de entender mis responsabilidades como jefe del Estado y con el espíritu renovador que inspira mi reinado desde el primer días", ha apostillado.
Sin citar a Juan Carlos I, ha enfatizado: "Los principios morales y éticos que reclaman los ciudadanos obligan a todos sin excepciones" y "están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales y familiares".
"Así lo he entendido siempre, en coherencia con mis convicciones, con la forma de entender mis responsabilidades como jefe del Estado y con el espíritu renovador que inspira mi reinado desde el primer día", ha señalado.
No han faltado tampoco las tradicionales referencias a la unidad y la Constitución. "Una Constitución que todos tenemos el deber de respetar y que en nuestros días es el fundamento de nuestra convivencia social y política", ha incidido, añadiendo que la Carta Magna es "un éxito de y para la convivencia en libertad". La referencia más expresa, aún velada, a la situación política.
Resultado, ha añadido, de "querer mirar juntos hacia el futuro", unidos "en los valores democráticos" y en un "espíritu integrador" que respete "la pluralidad y las diferencias" con "capacidad de dialogar y alcanzar acuerdos". A su juicio, esos principios "no pierden nunca vigencia por el paso de los años".
Ha defendido que el "modelo de convivencia democrática" es una de las fortalezas en las que apoyarse para hacer frente a la grave situación creada por la pandemia. Los españoles, ha recalcado, han superado otras "dificultades también graves" en las últimas décadas, y esta no será distinta: "ni el virus ni la crisis económica nos van a doblegar".
Ha tenido también el Jefe del Estado palabras de ánimo para quienes luchan contra la enfermedad o sus secuelas. Además, ha hecho un llamamiento a mantener "la responsabilidad individual" como "instrumento efectivo de lucha contra el virus" mientras llegan las vacunas y los tratamientos.
El Rey ha llamado a un "gran esfuerzo nacional" para el que, a su modo de ver, "lo más importante" son las personas, los miles de ciudadanos que han trabajado por los demás "con abnegación, compromiso y solidaridad".
De hecho, ha señalado que eso han podido comprobarlo personalmente la Reina y él, que en estos meses de pandemia han recorrido distintos lugares de España. "En el campo y en la mar, en los pueblos y en las ciudades, en los mercados, en las fábricas, hemos visto el coraje y el nervio de este país. Hemos sentido el pulso de nuestra sociedad que, pese a todos, ha mantenido a España en pie".
"Contamos, por tanto, con una sociedad fuerte y un Estado sólido", ha dicho recordando como los servicios públicos y básicos, y las actividades esenciales se han mantenido en pie. La pandemia, ha señalado, "ha revelado aspectos que necesitan ser mejorados y reforzados", pero también las "fortalezas como Estado avanzado", como han demostrado las Fuerzas Armadas, los Cuerpos de Seguridad, Protección Civil y Emergencias y otros servidores públicos.
El guiño a la Princesa
Felipe VI ha vuelto a elegir el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela para pronunciar su tradicional mensaje de Navidad junto a las banderas de España y la Unión Europea y, en esa ocasión, una foto del homenaje de Estado a las víctimas del Covid en el momento en el que deposita, junto a la princesa Leonor, unas rosas blancas ante el pebetero.
Ésta es la cuarta vez que el Rey ha escogido el salón de Zarzuela para pronunciar su discurso. Anteriormente, el jefe del Estado realizó su alocución desde su despacho, el emplazamiento habitual desde el que su padre, pronunciaba su mensaje.
En esta ocasión, el discurso de Felipe VI se ha prolongado algo más que el de pasados años, durante 14 minutos y 15 segundos. Como es habitual, el Rey ha finalizado su mensaje felicitando la Navidad en las lenguas españolas cooficiales.