Querella de Iglesias al militar que le acusa de lazos delictivos con Venezuela
El vicepresidente segundo lleva a los tribunales al coronel Diego Camacho, un exagente de los Servicios de Inteligencia que ha aireado presuntos vínculos del líder de Podenos con el narco.
A un lado, el líder de Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno. Al otro, un exmilitar con vinculaciones pasadas con los Servicios Secretos. Entre medio, graves acusaciones del último contra el primero que tendrán que dirimir los tribunales.
Pablo Iglesias ha presentado una querella en los juzgados de Madrid contra el coronel de Infantería retirado Diego Camacho por un presunto delito de calumnias debido a una serie de declaraciones realizadas por el militar en medios de comunicación en las que vinculó al líder morado con el narcotráfico y el terrorismo internacionales.
Iglesias, en una querella presentada este jueves, pide investigar a Camacho por un presunto delito de calumnias y, subsidiariamente, por uno de injurias graves, así como una fianza de 18.000 euros, cantidad que ha fijado teniendo en cuenta "la gravedad" de sus declaraciones y "la gran difusión que han tenido", y un embargo de bienes suficientes para cubrir dicha cuantía si no fuera depositada. Además, solicita ya que el uniformado sea citado para declarar.
La querella se basa en una serie de artículos y entrevistas realizados por el coronel de Infantería desde el pasado mes de mayo que, según el escrito, "constituyen una atribución clara y contundente a Pablo Iglesias de hechos concretos constitutivos de delitos de extrema gravedad que no solo dañan su honor e imagen personal y política, sino como integrante del Gobierno de España".
En dichas declaraciones, reproducidas parcialmente en la querella, Camacho afirmó que Iglesias, además de Juan Carlos Monedero y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero "han cobrado dinero procedente de desfalcos y del narco venezolano" y aseguró que el líder de Podemos proporcionó pasaportes falsos a miembros del partido-milicia libanés Hezbolá y que también iba a dárselos a la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez.
Camacho dijo asimismo que la que fuera asistente personal de Iglesias cuando era eurodiputado, Dina Bousselham, era una "espía de Marruecos" y sugirió que ambos mantenían una relación sentimental gracias a la cual ella obtendría información relevante del Gobierno. De esta forma, destaca la querella, le atribuye "una conducta delictiva de tan extrema gravedad como es la revelación de secretos relativos a la defensa nacional, ya sea de forma dolosa o imprudente".
"No puede haber ataque más grave a la integridad moral de un gobernante que afirmar que el mismo trabaja para potencias extranjeras, máxime cuando aquél procede de una persona cuya condición de militar y ex integrante del CESID le dotan de un aura de ética y credibilidad que hace presumir que sus manifestaciones son veraces", expone el escrito de Iglesias.
Con todo ello, Iglesias denuncia que Camacho "no está realizando a través de las mismas una crítica política o a la gestión que realiza la persona hacia la que van dirigidas, sino que suponen una descalificación, un ataque personal y directo, desproporcionado y ajeno a cualquier justificación con base en el ejercicio de los derechos consagrados en el artículo 20 de la Constitución".