Sánchez acusa ahora a sus socios 'indepes' de provocar la fuga de catalanes
El presidente del Gobierno se había sumado en las últimas semanas a ERC y Podemos, que acusan a Isabel Díaz Ayuso de haber convertido Madrid en un "paraíso fiscal".
Una de las polémicas políticas con las que terminó 2020 y arrancó 2021 fue el acuerdo alcanzado por los separatistas con el Gobierno de Pedro Sánchez para asfixiar fiscalmente a los madrileños. Y todo, a cuenta de la acusación de ERC de que la comunidad autónoma presidida por la popular Isabel Díaz Ayuso es un paraíso fiscal.
El portavoz de Esquerra en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, inició sus ataques contra la Comunidad de Madrid asegurando que "grandes empresas y fortunas se benefician de un chiringuito fiscal". Una afirmación que fue respaldada por el propio vicepresidente segundo del Gobierno central, Pablo Iglesias.
Durante una entrevista en La Sexta, el también líder de Podemos acusó a Ayuso de hacer "dumping fiscal" convirtiendo a Madrid en "una especie de paraíso para los ricos". Lo paradójico de esta declaración fue que la hizo tras una férrea defensa del Concierto Económico del País Vasco y del sistema fiscal navarro.
El mantra de la "armonización fiscal"
En plena negociación de los Presupuestos Generales del Estado para 2021, la campaña para asfixiar a impuestos a los madrileños fue acogida de buen agrado por el propio Pedro Sánchez y por su ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Con un mantra, que fue repetido por otros socialistas y sus altavoces mediáticos: "Armonización fiscal".
El resultado de esta campaña fue el acuerdo que alcanzaron a comienzos de enero PSOE, Podemos, ERC y JxCat para promover un gran aumento de impuestos y seguros sociales. Un aperitivo de los planes de Sánchez, que no son otros que sacar adelante una ley para que ninguna autonomía pueda compensar las subidas fiscales del Ejecutivo socialcomunista aplicando rebajas en la cuota autonómica del IRPF o en los impuestos propios, como el de Patrimonio.
Sin embargo, en plena campaña electoral para los comicios catalanes del próximo 14 de febrero, ha sido el propio Sánchez el que ha desmontado su campaña y la de los indepes contra la política fiscal de Ayuso. Porque el presidente ha atribuido este sábado la marcha de sedes sociales de empresas de Cataluña a otros lugares al "desgobierno" en los últimos años del Ejecutivo catalán liderado por Junts y ERC.
"Las empresas se han marchado por la crispación, la polarización y la inseguridad jurídica en la que sumió Cataluña el Govern", ha reprochado el presidente en un acto en el que el candidato del PSC a la Generalitat, Salvador Illa, ha anunciado un nuevo plan de reactivación industrial.
Ni una palabra de Sánchez ni de Illa sobre la política fiscal de la Comunidad de Madrid. Tal vez, hasta que los catalanes hayan elegido a su nuevo Parlament y el presidente del Gobierno tenga que volver a plegarse a las exigencias de los independentistas.