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Bárcenas afirma que Rajoy trituró la contabilidad B pero él guardó una copia

El extesorero del PP remite un escrito a Anticorrupción ofreciendo su colaboración a cinco días del inicio del juicio de la presunta financiación ilegal. Reconoce que se mueve por venganza.

Bárcenas en una imagen de archivo.

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El reloj se pone en marcha para el PP. A cinco días de que dé comienzo el juicio por la presunta caja B del partido se ha conocido un escrito de Luis Bárcenas en el que reitera que Mariano Rajoy estaba al tanto de la supuesta contabilidad paralela. Es decir, de la financiación ilegal.

El documento fue remitido por el extesorero a la Fiscalía Anticorrupción el martes de la semana pasada, pero ha trascendido este miércoles. En el mismo, Bárcenas se muestra dispuesto a "colaborar con la Justicia" en los procedimientos que quedan pendientes.

Él es, de hecho, el principal acusado por los delitos de apropiación indebida y falsedad documental, y la Fiscalía pide para él cinco años de prisión.

El extesorero recuerda que ya reconoció ante el juez la existencia de una caja B en el PP y admite que la información que ofreció “pudo ser más amplia”, aunque en ese momento su abogado le recomendó que no diera más detalles. Ahora, Bárcenas tiene otro abogado.

Además, el pasado mes de noviembre está más colaborativo. He ahí la clave. Él mismo justifica su silencio hasta ahora en que el PP le había prometido que su esposa no entraría en la cárcel.

En el documento remitido a la Fiscalía Anticorrupción, el extesorero asegura que ya en 2009 mostró a Rajoy los documentos acreditativos de la financiación ilegal del partido, y asegura que toda esa documentación fue destruida en una trituradora de papel. Pero él se quedó con una copia, informa Servimedia.

Bárcenas sugiere que las donaciones de empresarios al partido estaban vinculadas con la concesión de contratos públicos.

El escrito detalla que Bárcenas creyó “con ingenuidad” en la promesa que el PP le hizo llegar a través de intermediarios y cedió a las presiones que le hicieron para “guardar silencio y no incriminar, ni manchar el buen nombre del que era mi partido ante el riesgo de que mi mujer pudiera entrar en prisión”.

Asegura que el sentimiento de culpa que le causaba el daño que podía infligir a su familia le impulsó a “firmar la paz” con el PP y retirar la denuncia que interpuso por la destrucción de sus ordenadores y la sustracción de información.

Pero la entrada en prisión de su esposa y el conocimiento que ha tenido de la operación supuestamente articulada desde el Ministerio del Interior para espiarle y sustraerle documentación con cargo a los fondos reservados -bautizada como Kitchen- han acabado con “una lealtad mal entendida”, por lo que ofrece su colaboración al Ministerio público.

El exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez, imputado en Kitchen.

El extesorero asegura que como resultado de toda esa operación se le sustrajeron documentos y “desaparecieron pendrives y diversos papeles que eran comprometedores a esta pieza y a otras que están siendo investigadas”. Además, entona su particular mea culpa al recordar que lleva ya casi cuatro años y medio en prisión: “Esta situación hace que uno piense en los errores que ha podido cometer en la vida, el mal que he podido inferir a la sociedad fruto de una España en la que todo valía. Soy consciente de estos errores y del dolor infligido en mi mujer y en mi hijo. Un sufrimiento de los que no son merecedores. Todas estas circunstancias me han llevado a presentar este escrito y ofrecer mi colaboración con la justicia”.

A partir de ese momento, Bárcenas asegura que desde 1982 existió un sistema “institucionalizado” en el PP con “percepciones en B”. Ya en 2008 se llevaba una contabilidad de esos pagos al margen de la oficial cuyo monto total ascendía a un millón de euros de los que “en torno a 900.000 euros” se dedicaron a la remodelación de la sede del Partido Popular en Madrid.

Esa caja B, asegura, se nutría de donativos efectuados por personas relacionadas con empresas beneficiarias de importantes adjudicaciones públicas. Las entregas se hacían en metálico a Álvaro Lapuerta, y el propio Bárcenas estuvo presente en algunas de esas donaciones. El extesorero afirma que Lapuerta era el encargado de contactar con el ministro correspondiente para que se hiciera la adjudicación de la manera acordada. Pese a ello, admite que la mayor parte de las aportaciones no se hacía como contraprestación a un contrato concreto.

Además, Bárcenas asegura que “Rajoy era perfecto conocedor de todas estas actuaciones, le mostré los papeles en su despacho y los destruyó” porque, según le dijo, “no podía seguir conservando” esa documentación, de la que guardó copia, pero que le fue en gran parte robada del estudio de su mujer por ese dispositivo de espionaje supuestamente montado por Interior cuando era ministro Jorge Fernández Díaz.

Además, el escrito detalla que entre los responsables del partido que recibieron complementos salariales estaban el propio Rajoy, María Dolores de Cospedal, Federico Trillo, Francisco Álvarez Cascos, Ángel Acebes, Javier Arenas, Rodrigo Rato y Jaime Ignacio del Burgo. Las entregas se hacían en mano. Lapuerta daba instrucciones a Bárcenas para que sacara el dinero contenido en la caja fuerte de su despacho y lo introdujera en sobres a nombre del destinatario.

Anuncia, además, que una persona, de la que no revela la identidad en este escrito, custodia una grabación de una conversación con Lapuerta en la que el extesorero hablaba de estas entregas y confirmaba que uno de los destinatarios era Rajoy.

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