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La Generalitat se la juega con la salud y levanta restricciones solo por el 14F

Pese a que solicitó un aplazamiento electoral debido a la pandemia, ahora el Ejecutivo dirigido por Pere Aragonés y con Torra en la sombra ha relajado las medidas en pleno pico.

Junqueras, el día que salió de prisión para dar mítines

Publicado por
Andrea Jiménez

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Cataluña sigue en niveles de "alerta roja" por COVID, con más de 700 personas en la UCI y una riada de contagios que apenas desciende levemente. Pese a ello, la misma Generalitat que ha aplicado las mayores restricciones de España en la hostelería y los confinamientos más intensos, en distintas modalidades, ha decidido levantar la mano por una única razón: movilizar a sus seguidores a los mítines ante el cierto debilitamiento del "efecto Illa".Así, el mismo Gobierno catalán no quería que se celebrasen las elecciones el 14 de febrero y solicitó un aplazamiento que la Justicia paralizó de manera cautelar y después defendió el "derecho" a asistir a mítines y eventos electorales; ahora relaja las medidas para justificar su cambio de opinión y evitar perder votos y así permitir una mayor movilidad."La salida de los presos de la cárcel ha desplazado el foco de Illa a Junqueras y el PSC ya no están tan eufórico", explican fuentes políticas catalanas a ESdiario, que encuentran en el repunte de los partidos independentistas la verdadera razón de la paulatina laxitud sanitaria de las instituciones.

De esta manera, Cataluña pasará de un confinamiento municipal a uno comarcal y también a alargar una hora la apertura de la restauración en los dos turnos que actualmente están permitidos, el de almuerzo y el de comida. Por lo tanto, bares y restaurantes podrían abrir ahora de 7.30 a 11.30 y de 13 a 16.30, según ha avanzado RAC 1 y han confirmado a la agencia ACN fuentes del Govern.Las nuevas medidas entrarían en vigor a partir del próximo lunes, de manera que los ciudadanos tendrán la posibilidad de trasladarse un municipio a otro para poder asistir a los eventos electorales tal y como quería el Gobierno catalán, a pesar de haber insistido una y otra vez en que la celebración de las elecciones ponía en peligro la salud de los catalanes.Desde el pasado 7 de enero, los catalanes tienen prohibido salir de su municipio si no es para trabajar, ir al médico, al colegio o a otros asuntos ineludibles, y bares y restaurantes solo pueden abrir para servir desayunos entre las 07.00 y las 09.30 horas y para dar comidas entre las 13.00 y las 15.30 horas, mientras que el resto del día sólo pueden servir para llevar.

La ola sigue disparada en Cataluña, pero la Generalitat hasta amplia horarios de los bares para movilizar a los suyos

Además, ese mismo día está previsto que la Justicia decida de forma oficial acerca de la celebración de las elecciones, dando a conocer el fallo al completo, aunque ya había adelantado su intención de mantenerlos el 14 de febrero.

Volcados en la movilización

Las mismas fuentes consultadas por ESdiario se sorprenden por el insólito contraste entre la dureza aplicada al sector minorista, por ejemplo, y la repentina tibieza con el control sanitario: "No puede ser que se modulen las medidas por razones electorales", arguyen.

Y dan otra clave: "Mucha gente, hagan lo que hagan, va a seguir cuidándose y no irá ni a votar. Pero sus seguidores sí están más movilizados. Saben que la abstención perjudica más a los partidos constitucionalistas".Del temor que, pese a la actitud de la Generalitat, sigue instalado en la calle, da cuenta un dato casi estremecedor: más de 9.000 personas han alegado ya distintas razones para ausentarse de personarse en las mesas electorales y pasar en ellas un largo día, en un espacio cerrado.Y de cómo eso le importa menos a la Generalitat, da cuenta por contra otro dato: su departamento sanitario se está movilizando para disponer de cientos de trajes EPI y dárselos a los miembros de las mesas, pese a que los profesionales sanitarios no han dispuesto de ellos, en el número suficiente, durante semanas.