La imagen desencajada de Cifuentes dentro del juzgado que puede condenarla
La primera foto de la expresidenta madrileña dentro de la sala la muestra con semblante de preocupación. Su juicio queda visto para sentencia con petición de más de tres años de cárcel.
Vestida de un violeta tenue, con una mascarilla quirúrgica ceñida al rostro; la primera imagen conocida de Cristina dentro de la sala donde hoy ha quedado visto para sentencia el juico por su máster, la muestra desencajada, con un gesto de evidente preocupación por el futuro legal inmediato.
La fotografía que publica ESdiario de la expresidenta de la Comunidad coincide con la presentación del informe final de la Fiscalía, durísima en sus conclusiones, al igual que la acusación particular: ambas consideran que la sucesora de Esperanza Aguirre en la Puerta del Sol utilizó un documento falso, obtenido con presiones a la Universidad Rey Juan Carlos de su equipo de confianza, para simular una titulación que en realidad no tenía.
"Le enseña al mundo entero documentación falsa. El interés de Cifuentes y la presión de ella y su gabinete hizo que la universidad afirmara que había hecho el máster. No se manchó las manos personalmente pero indujo al delito", resumió la fiscal del caso, Pilar Santos, en sus contundentes conclusiones en las que se reafirmó en una petición de tres años y tres meses de cárcel por falsedad documental.
Cifuentes escuchó el alegato final sentada en la primera fila, con gesto solemne y casi impertérrito, consciente de lo que se juega como presunta inductora del acta falsificada de su Trabajo de Fin de Máster (TFM) del curso de posgrado que realizó en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC).
En su declaración, Cifuentes relató ante el tribunal que cursó el máster sin ir a clase, sin realizar exámenes y entregando el 2 de julio de 2012 el TFM sin exponerlo ante el tribunal, algo que también hicieron varios testigos que han comparecido en la vista oral.
"Actué de buena fe", afirmó en la víspera en relación al acta que mostró a los medios el día que estalló la polémica, el 21 de marzo de 2018, al desconocer que contaba con firmas falsificadas, un hecho del que responsabilizó a la propia universidad. Cifuentes dimitió el 25 de abril de ese año.
Cifuentes se muestra preocupada en la sala de juicios, pero confía en su libre absolución por carecer de mala fe
En su informe, la fiscal aludió a las llamadas que hubo cruzadas desde la entonces Consejería de Educación a través del titular de esta cartera en aquella época Rafael Van Grieken, la exasesora Feito y el rector Javier Ramos para apoyar supuestas presiones de la Comunidad de Madrid.
En su declaración, la profesora Cecilia Rosado reconoció que falseó el acta a instancias de "presiones" de Enrique Álvarez Conde y Feito, manifestando que Conde la llamó más de veinte veces el día que saltó la polémica mientras que Feito lo hizo unas quince veces.
La sentencia, en breve
A lo largo de la vista, ningún testigo ni acusado ha afirmado que Cifuentes en concreto estuviera detrás de esas llamadas "reiteradas" al rector Javier Ramos para recabar información de lo sucedido tras destapar 'eldiario.es' el caso del máster.
Tan solo Van Grieken reconoció que llamó de forma "reiterada" al rector al tratarse de un asunto que afectaba al Gobierno regional y que era algo que entraba dentro de sus competencias como consejero de Educación al afectar al prestigio de las universidades madrileñas.
Cifuentes sí se benefició de esa acta falsificada de la que está acusada como inductora, si bien ella insiste en que desconocía tal circunstancia. No fue el único documento falsificado en su curso. Del juicio se ha desprendido que hay más de un acta falsa en relación a diferentes alumnos de esa misma promoción, conforme a la pericial practicada por la Guardia Civil.
No está claro cuándo se conocerá la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, aunque fuentes jurídicas aseguran a ESdiario que no se demorará demasiado. El entorno de Cifuentes espera su libre absolución al considerar que no existe ninguna prueba contundente de su participación en montaje alguno. En todo caso, la vía de los recursos quedaría abierta fuera cual fuera el sentido del fallo.