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La diputada que descubrió el pufo de Isofotón: "El PSOE se movía con impunidad"

En diciembre de 2008, Ana María Rico, ahora retirada de la política, empezó a hacer preguntas sobre la millonada que la Junta estaba inyectando en la empresa tras recibir un soplo.

Los ministros Montero y Planas.

Publicado por
Ana Martín

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El caso Isofotón, que ha puesto en el disparadero a tres ministros del Gobierno de Pedro Sánchez, ha vuelto a sacar a flote la maraña de avales, ayudas, subvenciones, créditos y demás inyecciones de dinero que durante años los sucesivos gobiernos socialistas inocularon a cierta parte del tejido empresarial andaluz. A la parte amiga.

El Ejecutivo en el que se sientan María Jesús Montero, Luis Planas y Teresa Ribera ha decretado silencio al respecto. El PSOE de Andalucía de Susana Díaz, también. Y , aunque sin el voto de Unidas Podemos no habrá nada que hacer.

El acta que la juez que instruye el caso ha solicitado a la Junta de Andalucía corresponde a la reunión de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos celebrada el 3 de julio de 2012, en la que participaron Montero y Planas. Sin embargo, Isofotón olía a podrido desde mucho antes. Y aun así los socialistas siguieron financiándola.

En diciembre de 2008, una diputada del PP por Málaga recién llegada al Parlamento de Andalucía, Ana María Rico, preguntó por primera vez por el montante de las ayudas concedidas por la Junta desde 2005 a la empresa de paneles solares. Levantó la liebre. O lo intentó.

Le había llegado el "soplo" de que la compañía no era muy viable y a pesar de eso seguía recibiendo generosas ayudas públicas (25 millones hasta la fecha). Un día se personó en Isofotón, pero obviamente no le recibieron con los brazos abiertos. Así que trasladó sus sospechas al Parlamento.

"Intenté preguntar, porque era lo único que en el PP podíamos hacer. Pero era David contra Goliat, y además las respuestas de la Junta, cuando respondían, era un escurrir el bulto constante", recuerda ahora después de seis años alejada de la política. Aunque el caso Isofotón le ha removido los recuerdos.

Ana María Rico fue la primera que preguntó a la Junta por Isofotón.

Isofotón, buque insignia del parque tecnológico andaluz, es otro eslabón más de la cadena que durante décadas mantuvo engrasada el socialismo andaluz para perpetuarse en el poder. En mayo de 2010, antes de que el grupo Bergé la pusiera a la venta, la empresa auditora, Audihispana, se negó a firmar las cuentas de 2008 porque encontró serias "irregularidades contables".

No pasó nada. Poco después compraron la empresa la española Affirma y la coreana Top Tec por el precio simbólico de un euro y siguió recibiendo dinero a paladas.

'Se movían con total impunidad', recuerda la ahora exdiputada del PP andaluz

El PP preguntó y preguntó, pero siempre se daba "contra la pared". "El Parlamento de Andalucía se lo comía todo, lo succionaba todo. Yo me iba a casa con una frustración enorme. Se movían con total impunidad. Les faltaba decirte 'qué haces preguntando sobre ese asunto", se lamenta Rico, que además recuerda cómo la Cámara de Cuentas fue cooperadora necesaria de aquella "red clientelar".

Un dato: el órgano fiscalizador publicó su informe sobre las ayudas de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA) a Isofotón del ejercicio 2012 (el de la famosa reunión con los ahora ministros Montero y Planas) en noviembre de 2015. Es decir, más de tres años después.

La Cámara de Cuentas era parte del engranaje

En ese documento (puede leerlo aquí), la Cámara de Cuentas reconocía: "Del análisis de las operaciones de aval se observa una concentración del riesgo en algunas empresas. Así, al cierre del ejercicio, el riesgo por los avales otorgados por IDEA está concentrado en la entidad Isofotón S.A., por un total de 28.925 m€ (27,8%), y en el Grupo Gea 21 S.L., por importe de 9.980 m€ (9,5%)". Claro que para cuando se hizo público la empresa ya había sido disuelta tragándose sin regurgitar no menos de 62 millones de euros de dinero público.

En diciembre declararon como investigados el exconsejero de Empleo Manuel Recio; el exconsejero de Economía, Innovación y Ciencia Antonio Ávila; el exviceconsejero de Empleo Agustín Barberá y el exjefe del gabinete jurídico de la Junta de Andalucía Francisco del Río Muñoz. Todos defendieron que los avales y préstamos se ajustaron a la "legalidad".

"Cuando supe que una juez instruía el caso Isofotón pensé 'hombre, ya era ahora'", reconoce ahora la exdiputada malagueña que primero lo vio venir. Aunque duda de que ello pase factura judicial a Montero, Planas o a los exaltos cargos de la Junta imputados (hay 37). "En aquellos años tejieron una tela de araña tan grande, con tantos fondos y tantos chiringuitos, que no creo que seamos capaces de desentrañarla nunca del todo", concluye Rico.