El Rey Felipe pactó su discurso sobre Cataluña con Rajoy, Sánchez e Iceta
A 48 horas de las Elecciones del 14F, un documento revela las claves del discurso más importante que Felipe VI dio sobre Cataluña para frenar al independentismo.
Los seis años de Felipe VI han sido los más convulsos para la Corona desde 1978. Desde la abdicación de su padre y mentor, el Rey no ha tenido ni un segundo de calma: el desafío catalán; los problemas de don Juan Carlos o el pulso a la Monarquía desatado desde dentro del Gobierno han sumido a la institución en una especie de tormenta eterna que don Felipe ha capeado con acierto, a tenor del índice de popularidad que conserva intacto en todos los estudios demoscópicos.¿Pero qué piensa el propio afectado de todo ello? El libro "Felipe VI. Un Rey en la adversidad" (Planeta) del periodista José Antonio Zarzalejos, resuelve buena parte de ese misterio con un preciso recorrido por el sexenio más estresante y complejo de un "Monarca nórdico", como califica el autor al Rey por su carácter reservado, su austeridad y su estilo nada "versallesco" en comparación con el de su propio padre, más expansivo.El libro, al que ha podido acceder ESdiario, es un completo recorrido por los episodios más decisivos de la etapa en que se vio caer a un Rey, nacer a otro y comenzar la formación de uno más, la Princesa Leonor, objeto ya también de los mismos ataques sufridos por su progenitor desde que llegara al trono, esta vez por el anuncio de que cursará el bachillerato en Gales.La obra, que no cuenta con el respaldo oficial de la Casa Real pero sí de algún modo con su aquiescencia, revela la difícil convivencia entre don Felipe y don Juan Carlos tras la salida del segundo, cuando de algún modo siguió ejerciendo como Rey en la sombra, con agenda propia y residencia en Zarzuela, algo que Zarzalejos llega a tildar de "traición".
Según el autor, que ha ampliado su testimonio en una entrevista en Cope, desde aquel momento la relación entre ambos está marcada por grandes decisiones del primero sobre el segundo, entre ellas una que se daba por hecha pero nunca había sido confirmada con esa rotundidad: "Fue Felipe VI quien adoptó la decisión de la expatriación", en referencia a la salida a Abu Dabi el pasado verano, aún vigente.A este respecto, Zarzalejos antepone las luces de don Juan Carlos a sus sombras, y considera que volverá a España en cuanto se cierren las tres diligencias prejudiciales que pesan sobre él: "Si tiene que morir, que muera en su patria".
La relación con Sánchez
Pero si algo tiene morbo en la obra y en el testimonio del veterano periodista es la trayectoria más política del Rey, que alcanzó el clímax con su discurso contra el independentismo de aquel 3 de octubre de 2017, cuando se dirigió a la Nación solo 48 después de que Puigdemont y Junqueras impulsaran un referéndum ilegal en Cataluña.
El Rey dio el discurso del 3-O con impulso propio, pero consultó con dos dirigentes del PSOE y con el presidente del PP
"El Rey tenía mejor información que el Gobierno de Rajoy. Conoce bien Cataluña y él, sus hijas y la Reina hablan y leen en catalán", explica Zarzalejos antes revelar la clave de aquel mensaje, la identidad de las personas a las que don Felipe consultó antes de ponerse frente a la pantalla y lanzar un alegato a favor de la Constitución que aún hoy duele en las filas nacionalistas."Consulto su discurso con Rajoy, desde luego. Pero también con Pedro Sánchez... y con Miquel Iceta", por aquel entonces líder de los socialistas catalanes. "Y se ganó con aquel mensaje a la mayoría de los españoles y proyectó su imagen internacional y económica".Es relación con Sánchez, que aún no había llegado a Moncloa, ha hecho correr ríos de tinta: al desprecio abierto de Podemos hacia la Corona se le ha sumado la frialdad del presidente, con decenas de episodios reales o ubicados en la leyenda urbana.
El presidencialismo
A este respecto, el autor del libro ofrece algunas claves elocuentes: "Esa relación no es tan estrecha como la de don Juan Carlos y Felipe González, en la que había afecto personal. Aunque el perfil de las declaraciones y actitud de Sánchez es más bien frio, no me cabe duda de que el presidente está en el apoyo de la Monarquía, si bien su presidencialismo desaforado pretende redimensionar a la baja a la Corona. Pero ojo, tocar la forma Monarquía no es una reforma constitucional, es un proceso constituyente…. Y Sánchez sabe que quien lo provoca acaba engullido por ellos".Con 53 años recién cumplidos y algunas canas y arrugas cosechadas en poco tiempo, don Felipe parece haber sorteado la mayor crisis sufrida por una institución discutida desde algunos poderes públicos pero aceptada por la calle. Un dilema que nunca existió pero que ahora, aun arreciando, apenas le pasa factura.