Salvador Illa llega agotado al 14F entre dudas de su vacunación y de su contagio

Salvador Illa llega al último suspiro de la de campaña desbordado por su resistencia, insólita, a hacerse un test PCR para participar en un debate electoral en TV3 que, según fuentes del ente consultadas por ESdiario, habían solicitado los trabajadores del ente público.

Esa decisión, extraña en un candidato e increíble en un exministro de Sanidad, ha dinamitado las vísperas del 14F, a las que el aspirante socialista ya llegaba con claros síntomas de agotamiento y la victoria más en disputa que nunca con ERC, según todos los sondeos.

De ello da prueba cómo se ha volcado Pedro Sánchez en Cataluña, y con él la primera plana del socialismo, y otro problema inesperado: de repente, su inaudito gesto en TV3, ha multiplicado las sospechas sobre un eventual positivo, escondido para no tener que interrumpir sus actos electorales en el peor momento posible.

Y esa duda ha estimulado otra, totalmente falsa, pero tan verosímil como para que el Ministerio de Sanidad haya tenido que salir en su rescate a petición de propio afectado: la de que se había vacunado y que, por miedo a que se supiera, se negó a someterse a las pruebas que el resto de aspirantes sí cumplimentó para debatir en la televisión catalana.

La nota del departamento de Salud Digital, dependiente de la ministra Carolina Darias, dio categoría oficial a la polémica, aunque fuera para negarla con un comunicado tan breve como elocuente de cómo había crecido la controversia:

"Una vez realizada la correspondiente consulta a los servicios competentes del departamento, y según consta en el Sistema de Información para el seguimiento de la vacunación frente a la covid-19 (REGVACU), consultado el 11 de febrero de 2021, don salvador Illa Roca no ha recibido dosis alguna de vacuna para hacer frente a la covid-19".

Sanidad ha descartado que Illa se haya vacunado, pero no hay manera de saber si fue positivo si no se hace un test

¿Sin vacuna pero positivo? Que la segunda parte de la incógnita no se haya despejado del todo da muestra de cómo se le ha complicado a Illa el sprint final y simboliza la brusquedad de una campaña lastrada por las previsiones de abstención en Cataluña, condicionada en su día a día por una pandemia que allí ha dejado algunas de las peores cifras de España.

Un documento fake según La Sexta, pero perfectamente elaborado, "demostraba" que en contra de lo sostenido por Salvador Illa, sí había contraído el COVID-19 y que, al estar fechado el 6 de febrero, debió guardar cuarentena más allá incluso del día de la votación.

Salvador Illa, junto al informe "fake" que le daba por positivo de coronavirus

Si el documento de Sanidad descarta que el exministro se "colara" para inmunizarse, la falsedad del informe que le presenta como contagiado no es suficiente para despejar una duda que, este viernes mismo, han mantenido sus rivales. "¿Por qué no se hace hoy mismo un test"?, se preguntaba hasta última hora el candidato del PP, Alejandro Fernández.

La incertidumbre

Se desconoce si la presión le obligará o no a Illa, a lo largo del viernes, a aclarar si, además no estar vacunado, no dio positivo en algún momento en los últimos días, algo que solo tiene sentido esconder si efectivamente lo es.

La tormenta sanitaria solo es el reflejo de la política: el "efecto Illa" se ha deshinchado y fuentes del entorno del candidato reconocen a este periódico que la "incertidumbre" es muy superior al entusiasmo que llevó a Pedro Sánchez a designarle, en lugar de Miquel Iceta, con la demoscopia muy a su favor. No se discute la posibilidad de "victoria clara", pero por primera vez no se descarta tampoco una segunda posición honrosa al subir significativamente en diputados.

"Illa abandonó Sanidad y es su "sanidad" la que le ha estallado en el último momento", concluyen fuentes de la oposición al exministro, sometido a la mayor tensión que nunca haya sentido en su larga y tranquila carrera política.