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Sánchez y Junqueras comparten el mismo miedo a una sorpresa de Puigdemont

Una victoria de Junts dinamitaría la estabilidad de La Moncloa y llevaría a ERC a replantearse su respaldo al PSOE. Y Sánchez y Junqueras lo saben.

Puigdemont, en Bélgica

Publicado por
Javier Rodríguez

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La distensión del sábado, con todos los candidatos de calçotada o de pequeña reunión familiar típica de la jornada de reflexión, es ficticia. La procesión va por dentro. Y la de Pedro Sánchez y Oriol Junqueras es, curiosamente, la misma: Puigdemont.

El líder de Junts pel Catalunya no se presenta, pero su sombra es muy alargada y pude cambiarlo todo: la última encuesta de El Periódico de Andorra, publicada en las últimas horas, consagra una tendencia conocida y asumida por todos. Hay empate técnico de su partido, encabezado por Laura Borrás, con el PSOE de Sánchez y la ERC de Junqueras, ambos también con interpuestos como Salvador Illa y Pere Aragonés.

Junts es el tercero en la demoscopia, pero los tres se mueven en horquillas de entre 28 y 34 diputados, un pañuelo que puede alterar las posiciones en función de la participación, más incierta que nunca: de ello da cuenta que el voto por correo ha crecido un 200%, síntoma del miedo generalizado a presentarse físicamente en los colegios electorales.

"Todo está muy apretado", reconocen a ESdiario fuentes de los tres partidos en liza, conscientes del terremoto que supondría una victoria de Puigdemont, el outsider que puede romper las previsiones que en realidad hacen PSOE y ERC más allá de lemas y escenificaciones de tensión entre ambos propias de las campañas.

Porque si Junts gana, el pacto no escrito e incluso negado por ERC y el PSC saltaría por los aires: Junqueras tendría muy difícil apoyar a Illa de no quedar primero; pero imposible vetar el paso de Borrás si quedara por encima de los socialistas pero por debajo de Puigdemont.

El pacto negado

"Aunque no lo digan, todo está preparado para que se repita en la Generalitat lo que ya se ha hecho en Moncloa: un Gobierno monocolor del vencedor con apoyo externo del otro. En Madrid el beneficiado es Sánchez; en Barcelona lo sería Junqueras", explican fuentes catalanas con largos años de experiencia electoral.

Si Puigdemont gana, el pacto de Sánchez y Junqueras válido en Moncloa empezaría a saltar por los aires

ERC necesita ganar claramente a Junts y que el PSOE saque un buen resultado para rechazar las presiones de los antiguos convergentes, con los que la relación ha sido literalmente a palos pese a gobernar juntos: si hubieran querido hacer pinza, se hubiesen presentado en una lista única a las Elecciones, algo que han rechazado en las dos últimas citas electorales.

Para gobernar en la Generalitat, hacen falta 68 diputados: PSOE y ERC suman un mínimo conjunto de 63 y un máximo de 67. El resto, en ambas versiones, los pone En Común Podem, que se mueve entre 8 y 9 actas en todas las encuestas.

PSOE y ERC cruzan los dedos para que ese sea el resultado final, con pánico en Moncloa a que no ocurra. Porque el 14F se dilucida quién gobierna Cataluña sí, pero también cómo se gestiona España: si Puigdemont queda primero, el respaldo de ERC a Sánchez saltaría por los aires, probablemente, y el recrudecimiento del discurso independentista para aguantar el pulso a Puigdemont sería casi inevitable.

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