Sánchez se limita a condenar la violencia sin cuestionar el papel de Iglesias
El presidente del Gobierno ha preferido obviar la incitación a salir a las calles que se está realizando desde Podemos para exigir la puesta en libertad del rapero Pablo Hasel.
Tras tres días de disturbios y con toda la oposición exigiendo explicaciones, el presidente del Gobierno por fin ha roto su silencio respecto a los disturbios ocasionados por las manifestaciones en defensa de la puesta en libertad del rapero Pablo Hasel. Unos incidentes espoleados por Podemos, que ha cuestionado la actuación policial y que pretende convertir al violento cantante en un mártir de una democracia que han puesto en cuestión de forma repetida. Sin embargo, Sánchez lejos de enfrentarse directamente a su socio de Gobierno, se ha limitado ha hacer una pequeña declaración institucional, en el acto para presentar en Mérida el Plan de el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española, en el que ha señalado que cualquier tipo de violencia" es "inadmisible" en una democracia y no hay nada que la justifique.
Además, ha asegurado que "no hay causa, ni lugar ni situación que pueda justificar el uso de la violencia", por lo que el Gobierno "hará frente a cualquier forma de violencia y garantizará la seguridad ciudadana".Sin embargo, a pesar de esta 'condena' a la violencia, Sánchez ha defendido la intención del Gobierno de legislar para mejorar la libertad de expresión, porque la democracia debe amparar hasta las más "infames" opiniones.Así, ha señalado que "la democracia española tiene una tarea pendiente que es ampliar y mejorar la protección de la libertad de expresión. Existe además un consenso amplio dentro de la sociedad para amparar mejor la libertad de expresión en línea con la regulación que existe en otros a de los países europeos. Y el Gobierno mejorará la protección legal de la libertad de expresión".De esta manera, Sánchez da una de cal y otra de arena a su socio de Gobierno, en medio de un clima cada día más irrespirable en el Consejo de Ministros en el que los enfrentamientos entre los socialistas y los morados son una tónica habitual. El presidente se ha sentido obligado, tres días después, a desmarcarse de la violencia, pero prefiere coincidir con Podemos en la necesidad de reformar el Código Penal en lo que respecta a los delitos asociados a la libertad de expresión.