Sánchez aprieta al PP para que firme ya y Casado le sirva de escudo el miércoles
Ese día el presidente comparecerá en el Congreso por primera vez desde hace más de dos meses para hablar de la gestión de la pandemia y del estado de alarma. Y quiere desviar la atención.
A Pedro Sánchez le han entrado las prisas por firmar un acuerdo con el PP antes del miércoles para que la pirotecnia del pacto desvíe la atención de su verdadero Tourmalet de la próxima semana: la comparecencia que tiene prevista en el Congreso precisamente ese día.Cuando el presidente consiguió los apoyos parlamentarios para aprobar un nuevo estado de alarma por seis meses, el compromiso que adquirió con sus socios fue dar cuenta en la Cámara Baja cada dos meses. La última vez que lo hizo fue el 19 de diciembre, así que ha superado el plazo.
A Sánchez no le gusta hablar de la pandemia, pero el día 26 tendrá que hacerlo largo y tendido. Y solo el anuncio de un acuerdo con el principal partido de la oposición que el PSOE lleva buscando desde el verano le garantizaría un foco distinto de interés. Además de un tono distinto de Pablo Casado. O eso creen en Moncloa.
En las últimas horas las terminales socialistas han venido anunciando con trompetería la inminencia del pacto para la renovación del CGPJ, el Tribunal Constitucional, el Consejo de RTVE y el Defensor del Pueblo.
También el PP ha trasladado su confianza en que esto está encarrilado, puesto que la actitud de Podemos respecto a la violencia callejera de estos días ha dado a Sánchez la coartada perfecta para excluirlos del órgano de gobierno de los jueces, interpretan los populares.
Sea cual sea el día, Sánchez tiene mucho que explicar en el Congreso. Porque hasta ahora se ha parapetado detrás de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, como antes lo hizo detrás de Salvador Illa. Darias estuvo el jueves en la Comisión de Sanidad del Congreso, donde la oposición le reprochó la lentitud en la reacción ante las nuevas variantes. Algo que ella negó.
El presidente llegará a esa comparecencia con el plan de vacunación avanzando a un ritmo aún lento (hay 1,1 millones de españoles con las dos dosis puestas sobre una población de casi 47 millones), casi 67.000 muertos oficiales y señales confusas de los distintos ministros sobre una desescalada en Semana Santa.
Sin olvidar el malestar que sigue reinando en las comunidades por la negativa de Sánchez a modificar los términos del estado de alarma. De hecho esta semana el Gobierno ha conseguido doblar el brazo a la Junta de Castilla y León ante el Tribunal Supremo, instancia ante la que recurrió la decisión del Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco de adelantar el toque de queda a las ocho de la tarde. Tampoco se sabe nada de la auditoría externa que supuestamente iba a encargar Sanidad para conocer qué se ha hecho mal durante la pandemia.
El presidente se agarrará, previsiblemente, a la vacunación. Este viernes insistió en que la aprobación de la vacuna de Janssen permitirá alcanzar el objetivo del 70% de vacunados en verano.