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Gallardón reaparece para renegar también de la sede de Génova 13

El exministro considera que el cuartel general del PP fue "una de esas locuras que se hicieron en los años 70 en Madrid cuando había licencia para matar, pero para matar edificios"

Alberto Ruiz-Gallardón.

Alberto Ruiz-Gallardón.

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C. Novo

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El pasado martes, el líder del Partido Popular, Pablo Casado, sorprendió a propios y extraños al anunciar la próxima mudanza de la formación para abandonar definitivamente la tradicional sede de la calle Génova 13, en Madrid.

De esta manera, Casado rompe amarras de la manera más visible con el pasado de un PP que en los últimos tiempos no ha dejado de estar inmerso en escándalos de corrupción, algunos de ellos relacionados con el propio inmueble, en cuyo balcón han celebrado los populares importantes victorias electorales durante las últimas tres décadas.Quien parece compartir la decisión de Casado es el exministro de Justicia y expresidente de la Comunidad de Madrid con el PP, Alberto Ruiz-Gallardón, que ha admitido este domingo que nunca le gustó la actual sede del Partido Popular."A mí nunca me gustó el edificio de Génova", ha confesado en una entrevista para la Cadena Ser recogida por Europa Press, en la que ha hablado sobre la calle de Génova, el edificio en el número 13 y en la que ha relatado algunas anécdotas relacionadas con la que es todavía la sede del PP.Según ha explicado, el edificio de Génova 13 fue "una de esas locuras que se hicieron en los años 70 en Madrid cuando había licencia para matar, pero para matar edificios".Durante aquellos años, continúa Ruiz-Gallardón, se autorizó hacer, por tanto, un "edificio excesivo en volumen, con una piel que no respeta de ninguna de las formas lo que es el entorno". "No es que no se mimetice, sino que agrede a sus vecinos, edificios del siglo XIX".Así, el que también fuera alcalde de la capital entre 2003 y 2011 considera que Génova 13 es un edificio "francamente feo", aunque eso sí, su ubicación es "fantástica". "Y la famosa reforma no lo mejoró en absoluto, yo nunca le tuve cariño a ese edificio", añade.Gallardón, cuyo primer encargo en el PP fue redactar el contrato de arrendamiento del edificio a finales de 1982, asegura que ya en los años 70 era "antiguo en su diseño" porque solo constaba de despachos, en lugar de espacios abiertos."Luego, con las reformas, algo se mejoró eso, pero es un edificio que los que hemos vivido en esa tribu, tenemos mucho cariño, pero ni por fuera ni por dentro significa ninguna aportación al urbanismo de Madrid", señala.A pesar de sus palabras sobre este emblemático edificio, Gallardón niega que vaya a bajar su precio, ahora que el PP tiene intención de venderlo. "Al que lo habita dentro no le importa, las casas feas no molestan a los inquilinos, molestan a los vecinos, que somos los que las vemos desde fuera", ha dicho en tono de broma.

EL famoso balcón es una marquesina

El todavía militante del PP ha hablado también de algunas de las más famosas estancias de la sede, como la séptima planta o el balcón.A la séptima planta se ha referido como "la planta noble", ya que es donde está la sede de la presidencia del partido, y donde los distintos presidentes han ido instalando sus despachos. Como anécdotas, ha comentado que los distintos presidentes nunca se instalaban en el despacho del anterior presidente y que las puertas a los despachos nunca tenían una placa con el nombre, sino con el cargo.También ha hablado sobre el famoso balcón, estancia donde los 'populares' celebran sus victorias electorales. "El balcón no es un balcón, es una marquesina, es otro error urbanístico", ha afirmado sobre este lugar "icónico" de la sede 'popular'.Tal y como explica, se trataba de una marquesina para proteger la entrada del edificio, pero al convertirse en lugar de celebración, se hizo un estudio para ver cuánta gente podía haber en ella, qué peso soportaba. "Si se accedía a través de una ventana", recuerda Gallardón, que también ha mencionado que los ascensores son "otro de los fallos del edificio" porque sólo hay tres.Y ha zanjado la entrevista con un deseo sobre la futura sede del PP: "Me gustaría que la mudanza tuviera un valor añadido a la ciudad de Madrid".

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