Echenique deja el barrio de los "cayetanos" y se muda al extrarradio de Madrid
El portavoz parlamentario de Unidas Podemos abandonó el barrio de Salamanca y se trasladó a vivir a un piso de una discreta barriada de Madrid donde apenas tiene trato con los vecinos.
Hace cerca de dos años Pablo Echenique abandonó el lujoso barrio de Salamanca de Madrid para instalarse en un barrio modesto y discreto del distrito de Fuencarral-El Pardo, al norte de la capital. El cambio sorprendió a muchos, siempre con la comparación de la suntuosa residencia de Pablo Iglesias e Irene Montero en Galapagar en el aire. El número dos de Podemos, por su parte, ha preferido no desentonar y llevar una vida menos ostentosa. Y parece que lo está consiguiendo, en contraste con sus declaraciones políticas casi siempre incendiarias.Los reporteros de La Razón han localizado la nueva morada del portavoz parlamentario de Unidas Podemos. Se trata de un piso bajo en un edificio de tres plantas donde vive de alquiler junto a Marialé Nelo, su esposa. Una bandera de España luce en el piso superior, curiosamente.
El acceso a la vivienda precisó una reforma por cuestiones de movilidad y adaptaron el portal a sus necesidades, ensanchando el portón y habilitando una rampa para facilitar su acceso con la silla.Su vida en el barrio es mínima, según los testimonios que ha podido recabar el periódico. Así, en un taller mecánico muy próximo a su casa relatan que le ven cada mañana mientras espera a su escolta, que lo recoge en una furgoneta de color negro. Además, en alguno de los pocos paseos, Echenique ha hecho amago de entrar a ese taller en su silla de ruedas con el fin de que se la reparasen en plan de broma. "Parece buena gente", aseguran.También visita de vez en cuando un bar cercano junto a su mujer para tomar el aperitivo, especialmente los fines de semana, pero no frecuenta el resto de comercios del barrio. Ni frutería ni peluquerías ni siquiera la farmacia. Las aceras son estrechas y eso puede dificultar su movimientos.
Todos los vecinos del diputado viven de alquiler. El bajo de Echenique cuenta con salón, cocina, baño y una habitación. En total, unos 63 metros cuadrados y el precio podría rondar los 700 euros mensuales, según las indagaciones en las inmobiliarias del barrio por parte de La Razón. Una vida humilde y discreta, en toda regla.