El PSOE se asusta por otro 8M contagioso y prohíbe la "fiesta" de Irene Montero
Los 23.000 muertos de más que pudo provocar el otro 8M y el desafío de Podemos al PSOE han terminado por obligar al Gobierno a suspender toda celebración de la cita feminista.
Al final no habrá gran marcha feminista en las calles madrileñas pese a los intentos de de movilizar a los colectivos asegurando que el "feminismo activista es soberano" y tomaría sus propias decisiones al respecto.
Así, Irene Montero no podrá contemplar la gran demostración de fuerza que esperaba. El ha ganado esta batalla después de que la ministra de Sanidad recordase que la pandemia sigue en las calles y no es el momento de grandes concentraciones.
Por ello, la Delegación de Gobierno ha decidido, tras estudiar todas las propuestas de convocatorias de manifestaciones y concentraciones, prohibir todas las que han sido comunicadas, previstas para el domingo 7 y el lunes 8 de marzo de 2021 en la región.
La Delegación ha tomado esta decisión tras "estudiar detalladamente" cada una de las peticiones presentadas (recorridos establecidos, previsión de asistencia, duración y lugares de celebración, entre otros detalles), y teniendo en cuenta las posibles confluencias de distintas concentraciones multitudinarias en varias zonas de Madrid.
"Se ha tomado la decisión firme de prohibir, por motivos de salud pública, todas las manifestaciones y concentraciones convocadas, en un momento en el que la Comunidad de Madrid sigue siendo uno de los territorios de España con mayor índice de contagios así como de personas hospitalizadas, por encima de la media nacional", ha indicado el delegado del Gobierno, José Manuel Franco.
Y es que, la Comisión 8M de Madrid, convocante de la manifestación principal en las calles de la capital ya había anunciado que pensaban seguir adelante con sus marchas, ya que, a su juicio, es preocupante que los asesinatos machistas no generen tanta "alarma social" como el coronavirus.
Moncloa impuso a sus ministros que no podían acudir a las marchas pese a que Podemos seguía alentando las concentraciones
Sin embargo, la pelea interna en el seno del Ejecutivo por este asunto ha sido más que notable, Podemos dejaba en manos de los colectivos la decisión, pero finalmente, el ala socialista del Gobierno e impuso que ningún miembro del Consejo de Ministros participase en las manifestaciones.
La primera en zanjar cualquier tipo de duda fue la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que ya avisó de que no era el momento para grandes concentraciones: "No ha lugar, creo que estoy siendo clara y diáfana. La situación epidemiológica no permitiría ni se entendería llevar a cabo estos actos", aseguró.
Por ello, la propia Irene Montero tuvo que acatar las órdenes de las más altas instancias de Moncloa y ya este miércoles dejó claro que "el Gobierno ya hemos dicho que no va a asistir", aunque desde su formación se han alentado las manifestaciones.
"El feminismo no admite lecciones"
De hecho, fue la propia Delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Victoria Rosell la que indicó que el "feminismo activista es soberano", pues tiene "una trayectoria de creatividad en reivindicación como ningún otro movimiento y, por tanto, no admite lecciones después de que "las mujeres han estado sosteniendo la vida y la salud en la pandemia".
Pero debido a la falta de la responsabilidad que se le exigía a las feministas, ellas querían seguir adelante con hasta cuatro marchas convocadas en las calles de la capital, se ha tenido que frenar su intento de volver a las calles para evitar un desastre como el del año pasado, prohibiendo las manifestaciones para que no vuelva a repetirse aquella 'bomba biológica'.