Ayuso y Casado pactaron el martes las elecciones tras recibir un soplo de Murcia
La presidenta madrileña ha salvado a su jefe de un gran entuerto político, puesto que García Egea no se enteró de lo que estaban cocinando el PSOE y Cs en su feudo hasta horas antes.
Hace algún tiempo Teodoro García Egea y Miguel Ángel Rodríguez, el todopoderoso jefe de Gabinete de Isabel Díaz Ayuso, comieron juntos. Hasta entonces ninguno de los dos tenía la mejor opinión del otro, pero el encuentro, distendido, sirvió para limar asperezas y acercar posturas.
Y sirvió, o eso intentó Rodríguez, para que el secretario general del PP dejase de ver el protagonismo creciente de la presidenta de la Comunidad de Madrid como una amenaza para el liderazgo de Pablo Casado.
Lo que no podía ni imaginar García Egea por aquel entonces era que más pronto que tarde Díaz Ayuso salvaría al presidente del PP y por extensión a la dirección nacional de un entuerto político de grandes proporciones con la doble moción de censura en Murcia.
Y, además, en un momento de contestación interna para Casado y García Egea (tanto monta, monta tanto): por los resultados en Cataluña y por el proceso de renovación de las estructuras territoriales en el que Génova se ha embarcado, forzando la maquinaria territorial.
El hasta ahora presidente de Murcia, el popular Fernando López Miras.
Mientras en la dirección nacional estaban ocupados en los congresos provinciales del PP, en Murcia se estaba cocinando una operación política con Pedro Sánchez e Inés Arrimadas a los fogones para derrocar a los populares que estos ni se olieron hasta el martes por la noche. Para más inri, en el feudo de García Egea.
Casado y Ayuso acordaron el martes por la noche que si Cs daba el paso en Murcia ella convocaría elecciones en Madrid
Fue entonces, el martes a última hora, cuando el secretario general del PP recibió el chivatazo de que el PSOE y Cs tenían todo preparado para presentar una doble moción de censura contra el presidente regional, Fernando López Miras, y el alcalde, José Ballesta.
El propio número dos reconoció este miércoles a última hora de la tarde, en una comparecencia en la -aún- sede nacional: "Este ataque al PP no se ha urdido de un día para otro, se ha urdido discretamente en despachos por el PSOE, Ciudadanos y Podemos".
La mejor defensa, un buen ataque
Al enterarse de la jugada, Casado llamó el mismo martes por la noche a Díaz Ayuso, según fuentes cercanas a ella consultadas por ESdiario. Y ambos quedaron en que si Cs rompía la baraja en Murcia, la presidenta madrileña apretaría el "botón nuclear" en la Puerta del Sol. Sabiéndose no solo con la sartén por el mango, sino en clara ventaja electoral, cada vez mayor en las encuestas.
¿Por qué no convocar elecciones directamente en Murcia? Porque allí Vox va disparado y de hecho en las últimas elecciones, las generales de noviembre de 2019, ganó en votos al PP. Así que el PP optó por correr el riesgo y aguantar la respiración por si era una falsa alarma.
A primera hora de la mañana, Casado participó en la sesión de control al Gobierno en el Congreso. Antes de las 9.30 ESdiario se cruzó con él en un pasillo cuando trataba de dar esquinazo a la prensa. Todavía no era oficial lo de Murcia. "Ellos verán. Se la juegan", avisó el presidente del PP ante este periódico.
Minutos más tarde, en el patio de la Cámara Baja, durante una conversación informal con la prensa, la vicepresidenta Carmen Calvo ya presumía de haberse llevado a Cs al huerto murciano y ponía la mira en la Comunidad de Madrid. "En Madrid no hay Presupuestos ni se los espera", decía. Ni se imaginaba lo que estaba por llegar.
Ignacio Aguado minutos después de enterarse de la convocatoria electoral.
En cuando se confirmó la "traición"de Ciudadanos en Murcia -así la calificaron los populares-, Díaz Ayuso se movió a espaldas de Ignacio Aguado y registró el decreto de convocatoria de elecciones. Su vicepresidente se enteró en plena reunión del Consejo de Gobierno y montó en cólera.
A partir de ahí llegaron las carreras de Más Madrid y el PSOE por ver cuál de los dos presentaba antes una moción de censura y la declaración institucional de la presidenta madrileña, que apuntaló el relato con maestría: "Quiero poner en manos de los madrileños precisamente eso, su futuro. No
quiero que se lo arrebaten en los despachos sin que ellos hablen en las urnas", señaló.
A los socialistas les entraron los sudores fríos. Empezaron el día felicitándose por haber asestado a Casado un golpe en Murcia que se suponía que iba a poner en jaque el resto de alianzas entre populares y naranjas y lo terminaron en un laboratorio electoral en busca de la fórmula de la criptonita contra Díaz Ayuso.
Claro que peor lo acabó Inés Arrimadas, que ganó una Presidencia regional a costa de provocar un tsunami en sus filas que puede que acabe tragándosela a ella misma. Y el PP estará ahí cuando baje la marea: "Inés Arrimadas ha unido su futuro a Sánchez e Iglesias. A partir de ahora abrimos a los militantes de Ciudadanos las puertas de esta casa común del centro derecha. Dirigentes, militantes y simpatizantes de Ciudadanos defraudados con la decisión de Arrimadas y su cúpula", anunció García Egea desde Génova 13.
"No ha querido la integración por las buenas, se la haremos por las malas", señalaron a este periódico desafiantes desde el entorno de Casado.