Elecciones Generales adelantadas: el plan de Sánchez abortado por Madrid
Crece la idea de que el plan de Moncloa que sedujo a Arrimadas incluía un adelanto electoral: todo ello lo frenaron Murcia y Madrid dejando en el precipicio a Ciudadanos.
"Desalojar al PP de los Gobiernos de Madrid, Murcia, Castilla y León.... y hasta Andalucía. Esperar a que la vacuna esté generalizada y lleguen los fondos europeos y convocar Elecciones Generales anticipadas". Ése era el Plan de Sánchez, o al menos así lo perciben fuentes del sector crítico de Ciudadanos y de las filas populares.Aunque esa especie recorre Madrid desde hace semanas y fue negada incluso por la vicepresidenta Carmen Calvo, su insistencia ha crecido tras las mociones de censura fallidas en la Puerta del Sol y en Murcia y unas palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, algo crípticas al respecto, en una entrevista con Susanna Griso en Antena 3.Lejos de rechazarlo con la vehemencia de su compañera de Gabinete, la responsable de las Fuerzas Armadas y frustrada candidata a medirse con Díaz Ayuso por su rechazo al encargo, ha sido menos tajante y se ha limitado a decir que "es una decisión que corresponde exclusivamente al presidente del Gobierno".
El plan, de hacer podido avanzar, consistiría en reforzar a Ciudadanos con hasta dos presidencias autonómicas, arrinconar al PP junto a VOX y de algún modo enfriar la relación con Podemos para, con el cierto espejismo de los 140.000 millones de rescate europeo y el avance de la inmunización, presentarse ante las urnas con una camiseta más "moderada".La inestabilidad de Cataluña, donde cada vez parece más improbable el pacto tácito entre el PSOE y ERC vigente en Moncloa y más verosímil un acuerdo a regañadientes entre Junqueras y Puigdemont, alimentaba ese giro en el relato de los fontaneros de Moncloa que, al parecer, había seducido a Inés Arrimadas tras las conversaciones y contactos mantenidos por los dirigentes José Luis Ábalos y Carlos Cuadrado, del PSOE y Ciudadanos respectivamente.
¿Y Pablo Iglesias?
De ser cierta esa hoja de ruta, ha fracasado. Y puede abrir algunas heridas más entre los socialistas y Podemos, que en las últimas horas han podido sentir cómo el Plan B de Sánchez también les incluía a ellos, y no precisamente para bien. Aunque Pablo Iglesias guarda silencio, no se le habrá pasado por alto.Y quizá piense lo mismo que Bildu y Arnaldo Otegi sí se han atrevido a decirle al PSOE este fin de semana como ERC lo hizo la semana anterior: el pacto que llevó y mantiene a Sánchez en Moncloa puede caerse en cualquier momento.