"Hay personas que están en Cs pero no son de Cs"
Más de cinco horas se ha prolongado la reunión de la Ejecutiva de Ciudadanos que se salda con una tregua temporal y con las dimisiones de sus dos máximos colaboradores.
Inés Arrimadas se aferra al cargo pese al terremoto desatado en Murcia con epicentro en la política nacional. Aunque para ello ha tenido que tumbar a sus dos más preciados alfiles, sus números 2 y 3, Carlos Cuadrado y José María Espejo, que han presentado su dimisión como vicesecretarios generales aunque conservan su silla en la Comisión Permanente.
La líder naranja ha salvado su primer match ball ampliando el núcleo duro que toma las decisiones en la formación para acoger a algunos de los barones. Entran así Ignacio Aguado, Juan Marín y Begoña Villacís. Había sitio también para Toni Cantó, pero el valenciano ha dado la espantada total y se va de Cs y de la política. Según los fieles a Arrimadas, rumbo al PP.
Además, se suman a la Permanente los diputados Guillermo Díaz y Sara Giménez, el portavoz en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner; el portavoz en las Cortes de Aragón, Daniel Pérez; y el eurodiputado Jordi Cañas.
Tras una reunión del alto voltaje, Arrimadas ha comparecido ante los periodistas por vía telemática y sin aceptar preguntas. Después, además, de vetar la entrada a la sede de la madrileña calle Ventas a los informadores.
Toni Cantó, tras abandonar la reunión de la Ejecutiva y anunciar su dimisión.
Pese a la rebelión creciente -a la que se ha sumado Fran Carrillo, otro de los más cercanos a Albert Rivera-, Arrimadas no se ha prodigado en la autocrítica. En su "declaración", ha asegurado que "hemos cometido errores" pero que el "peor" ha sido "no haber sabido explicar a los españoles la necesidad de la moción en Murcia",
"Nosotros cometemos errores pero no tapamos delitos", ha clamado rodeado por su nueva Ejecutiva. "Si ha servido de algo esto que ha pasado es que se ha destapado una operacióm para hacer desaparecer Ciudadanos. Nosotros no tenemos ningún otro partido como enemigo", ha explicado.
Arrimadas ha dado por hecho nuevas fugas. "Hay personas que están en Cs pero no son de Cs", ha dicho. "Ser de Cs significa recibir ataques de uno y otro lado, sin piedad. Que unos te llamen facha y otros te llamen traidor".
Por último, y ante las encuestas negativas que se acumulan en la sede naranja sobre el 4M, Arrimadas ha concluido que Madrid "no se puede permitir prescindir del centro".
Y buena prueba de que no se arrepiente de su fiasco en Murcia es que ha querido arropar expresamente en la sede central a sus concejales que sí van a apoyar la mocion de censura contra el alcalde popular.