Delgado impone un Código Ético a "las y los fiscales" para que sean "prudentes"
El nuevo remitido por la fiscal general del Estado a los miembros de la carrera y al que ha tenido acceso ESdiario busca evitar escándalos que comprometan "la imagen y crédito"
La Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, no quiere que se repitan los escándalos que han salpicado al Ministerio Público tras su polémico nombramiento para el cargo y a raíz de algunos episodios vividos en el seno de su Departamento, como los mensajes intercambiados entre miembros de la Fiscalía y la abogada de parte de Podemos, Marta Flor, en la causa judicial por el robo del móvil de la ex asesora de Pablo Iglesias, Dina Bousselham.
Por ello, ha remitido un nuevo Código Ético a los miembros de la institución en el que pide a "las y los fiscales" que se muestren "prudentes en sus manifestaciones y no sólo respecto de las opiniones que se formulan por escrito u oralmente sino,también, en la realización de actos que tengan contenido simbólico".
Unas precauciones que invita a que extiendan "a los temas que abordan públicamente", al modo en "el que lo hacen" y a "los medios que emplean para hacerlo", con especial atención a "la intervención en las redes sociales"
"La función del fiscal conlleva un ejercicio de reflexión, mesura y autocontención cuando se expresan o transmiten posturas u opiniones, bien sea en el ejercicio del cargo, bien en la vida privada", recoge el texto al que ha tenido acceso ESdiario.
En el documento de veinte páginas que han recbidio en versión impresa todos los integrantes del Ministerio Público [consulte el texto íntegro aquí] Delgado no oculta su preocupación con que "los y las fiscales se comprometen a evitar, en su relación con los medios, cualquier trato de favor, debiendo valorar", incluso, "si las características, el formato del medio o el programa permiten transmitir con rigor y objetividad" un "mensaje" adecuado a la opinión pública.
"En el uso de las redes sociales", cuando los fiscales "se identifiquen directa o indirectamente" como tales, la fiscal General les insta a que se comprometan "a actuar conforme a las normas y principios que se recogen" del nuevo catálogo ético y "atendiendo al papel institucional de su función".
Pese a que los ejemplares han sido editados al amparo de la Fiscalía General del Estado, y su contenido definitivo ha sido revisado y aprobado por el actual Consejo Fiscal, el documento responde a "una larga etapa de estudios y consultas".
No en vano han pasado más de siete años desde que el Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO) en su informe de evaluación sobre "prevención de la corrupción respecto de parlamentarios, jueces y fiscales en España", emitido en diciembre de 2013, recomendase "la adopción de un código de conducta para fiscales de fácil acceso para el público", reza la presentación.
Una referencia que choca con el nombramiento de la propia Delgado, como ex ministra de Justicia, por Pedro Sánchez, en sustitución de María José Segarra, cuando el GRECO ha recomendado en varias ocasiones para la Fiscalía española: una mayor autonomía presupuestaria y medios, un esfuerzo de transparencia y rendición de cuentas, un cambio en el sistema de nombramiento del Fiscal General y el establecimiento de controles de las relaciones entre el Fiscal General y el Gobierno de turno.
La misma ministra de Justicia que fue reprobada hasta en dos ocasiones por el Congreso de los Diputados -una por el Senado- y cuestionada por su pasado -en relación a los audios de sus conversaciones con el ex comisario Villarejo- exige ahora, como fiscal general, a sus subordinados, que sean "coherentes con los principios que han de guiar" sus actuaciones.
Esto es "lealtad constitucional, fortalecimiento de la confianza en la justicia y la omisión de realizar cualquier acción que pueda ser percibida como una afectación a su independencia e imparcialidad" o que vaya "en demérito de la consideración que la ciudadanía debería" tener de la Justicia española, de "sus servidores" y de "la propia Fiscalía".
Funcionamiento interno
El celo de Delgado se hace extensivo al funcionamiento interno de las Fiscalía y las relaciones de sus miembros entre sí y con sus superiores en una "organización jerarquizada" que exige de "los y las fiscales" que ajusten "su actuación en todo momento a los principios de lealtad y buena fe con el Ministerio Fiscal como institución".
Tal es así que Delgado pide a "los y las fiscales, cualquiera que sea su cargo o destino" que procuren "analizar las órdenes e instrucciones" emitidas desde la Fiscalía General que ella dirige "con ánimo constructivo y respetuoso, evitando cualquier actitud que pudiera interpretarse como abierta hostilidad o falta de espíritu crítico". En su ánimo de blindar las disrepancias de los miembros del Ministerio Público con sus indicaciones, Delgao pide que formulen "por escrito las objeciones que consideren oportunas frente a las órdenes e instrucciones que no compartan".
Además, sorprede que sea la propia Delgado, como ex ministra de Justicia del Gobierno de Pedro Sánchez, la que, al frente del Ministerio Público exija a "las y los fiscales extremar el celo en preservar su apariencia de imparcialidad cuando regresen a la carrera fiscal después de haber prestado servicios en cargos de representación política y/o parlamentaria, cargos públicos y actividades profesionales en el sector privado".