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Leguina planta cara a Sánchez y le acusa de vincular el PSOE al supremacismo

La vieja guardia del PSOE se rebela contra Pedro Sánchez y aguarda el momento para catalizar una respuesta orgánica a su mando en un partido en horas bajas.

La ya célebre foto de abril de Leguina y Redondo con Ayuso

Publicado por
Javier Rodríguez

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Joaquín Leguina, el último presidente socialista de la Comunidad de Madrid, se ha convertido junto a Nicolás Redondo en el inesperado catalizador de la respuesta interna que, desde hace tiempo, está latente en el seno del partido y que acumula tantos nombres ilustres como silencios inevitables: todos saben que, mientras Sánchez gane Elecciones aunque sea de penalti y en el último minuto, nadie se atreverá a toserle.

Pero el expediente abierto a Leguina y Redondo, dos socialistas clásicos de la camada de Felipe González, ha conmovido los cimientos de un partido que, en dos meses, ha pasado de intentar acceder a los Gobiernos de Madrid, Murcia y Castilla y León; a sumirse en una crisis interna aparatosa.



La debacle en Madrid; la crisis en Podemos; el posible pacto independentista en Cataluña y la guerra fraticida en el PSOE han abierto las costuras del liderazgo sanchista, con ondas sísmicas que han llegado a su núcleo duro: la guerra contra Iván Redondo, con Carmen Calvo y Adriana Lastra al frente de un pulso que comparte la práctica totalidad de la dirección del PSOE; resume la tensión que por primera vez en mucho tiempo rodea al plenipotenciario presidente y secretario general.

Es en ese escenario donde las palabras de Leguina, que según ha sabido ESdiario prepara incluso acciones legales contra su expulsión si se concreta, representan algo más que la pataleta de un viejo dirigente con nostalgia de socialdemocracia clásica. Son la punta de un iceberg donde fuentes socialistas ubican a otras personalidades.

Desde luego a Felipe González, que ya lanzó un aviso desde Extremadura este viernes. Y también Alfonso Guerra. Pero su predicamento es mayor en la sociedad que en partido, transformado en una pirámide de poder con pocos y desmovilizados militantes, en cuya cúspide reina Sánchez. Otra cosa son los barones.

Leguina no es un lobo solitario. La oposición a Sánchez es grande, pero espera su momento para actuar

Los de Castilla-La Mancha, Aragón y Extremadura están que "fuman en pipa", según la gráfica expresión utilizada por fuentes socialistas consultadas por este periódico. Y a los Page, Lambán y Vara se les suma el valenciano Ximo Puig, que nunca ha sido muy sanchista y ahora lo es menos. Si a todos ellos se les añade Susana Díaz, ganando las Primarias andaluzas pese a la guerra desatada contra ella por Ferraz; el sector crítico será notable.

De momento, silencio

No es previsible que ninguno haga nada ahora, como no lo hizo cuando pactó con Podemos ni tampoco siquiera cuando cerró alianzas con Bildu o ERC que en otros tiempos hubieran sido imposibles. Pero esa tensión está ahí, agazapada, esperando una oportunidad cuya primera entrega ha sido Madrid: el PSOE madrileño está destrozado e irritado; sin líder y sin discurso. Y de todo ello culpan a Sánchez en persona.

Mientras, las palabras de Leguina ponen letra a una música que se escucha de fondo. No es un "lobo solitario", sino el intérprete de una canción que muchos comparten y que este sábado el propio expresidente ha "cantado" en ABC con una durísima tribuna contra Pedro Sánchez.

"Os habéis dejado invadir por movimientos particularistas, identitarios y supremacistas. Así, cuando habláis de inclusión, lo que estáis demandando es la exclusión del otro; o cuando os reclamáis del pluralismo, lo que buscáis es eliminar lo que es común a los españoles. Cuando dices, por ejemplo, a propósito de otorgar indultos a los separatistas catalanes, que hay que «aliviar tensiones» mientes, pues las leyes empujadas desde el Gobierno (la de educación o la de eutanasia) no buscaban otra cosa que el enfrentamiento", sentencia.

"Que nadie dude de que el PSOE volverá. Hay movimiento y, cuando se pueda y sea el momento, se verá. Esto no acaba con Pedro Sánchez". Son palabras de una autoridad socialista histórica a este periódico, que lleva años trabajando en esa línea. Y ahora cree que esa hora está algo más cerca.