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El Airbus de Sánchez, el marketing monclovita y el castillo de Villaviciosa

España es diferente: un presidente puede conceder indultos porque “yo lo valgo” y la habitación donde murió un Rey ser la sala en la que hacen fotocopias los militares.

Casado y Abascal, en la célebre foto de Colón

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Una protesta ganada a pulso

La plataforma Unión 78, que apoyan personalidades relevantes como Fernando Savater, María San Gil o Rosa Díez, ha convocado una concentración en Madrid para protestar contra los indultos a los presos del procés. La cita será el 13 de junio (día de san Antonio) en la Plaza de Colón.

PP, Vox y Cs se han sumado a la iniciativa. Naturalmente, la izquierda “oficial”, que vive descolocada, se frotará las manos hablando de “otra foto de Colón”. Incluso algunos medios de centro derecha darán la murga con la analogía. Un debate para pillar a los distraídos. Pero este país cada vez está más informado políticamente.

El sanchismo puede vendernos humo hasta que ya no quede ni campo para quemar, pero los hechos son tozudos: si se va a otorgar una amnistía por la puerta de atrás a los políticos golpistas catalanes es porque Sánchez necesita los votos de ERC para seguir subiéndose al Falcon y al Airbus y utilizando el Super Puma para pasear de un lado para otro entre La Moncloa, Quintos de Mora y Doñana.



Es de vergüenza ajena ver al presidente hacer un viaje a con un séquito de doce vehículos. Este es el problema, no ver juntos a Pablo Casado, Santi Abascal e Inés Arrimadas.

Se van a dar los indultos "porque yo lo valgo”. Esto es lo grave. La “foto de Colón" es la consecuencia lógica de que un jefe del Ejecutivo esté dispuesto a romper las leyes que nos hacen iguales para seguir viviendo como si fuese el presidente de los Estados Unidos. Con Pedro Sánchez todo es yo, yo y, después, también yo.

La caja de sorpresas de los ERTE

Sorprende que desde “fuentes gubernamentales” se esté aireando el enfrentamiento entre dos ministros, José Luis Escrivá y Yolanda Díaz, a cuenta de la renovación de los ERTE.

Dejemos claro que la prórroga era imprescindible, dado que la recuperación, sobre todo del sector turístico, es insuficiente. Pero lo llamativo es que un Gobierno que debería actuar de forma colegiada muestre abiertamente la brecha entre dos de sus miembros, el de Trabajo y el de Seguridad Social, en una negociación tan delicada con empresarios y sindicatos. Ver a ambos ministros actuar cada uno por su lado sugiere que el Consejo de Ministros no tenía estudiado un asunto de tanto calado.

Y no deja tampoco de ser llamativo que fuese precisamente Díaz, de la “pata morada” de la coalición, quien facilitase “información sensible” al presidente de los empresarios, Antonio Garamendi, para que aguantase ante las pretensiones de Escrivá, puesto que Pedro Sánchez estaba “puntualmente informado” y terminaría “torciendo el brazo” al titular de Seguridad Social.

En fin, estos ministros son siempre una caja de sorpresas.

El hipócrita buenismo de la izquierda

“Devoluciones en caliente”. He aquí un término de márketing político creado en un laboratorio social para cargar contra el PP. Se pergeñó para que hiciese fortuna contra el Gobierno de Mariano Rajoy.

¿Recuerdan en aquellos días el machaque mediático por la inhumanidad de la derecha, que ponía concertinas y devolvía a los inmigrantes por una puerta lateral sin respetar los derechos humanos? Incluso se llegó a la desmesura de decir que la Guardia Civil, dirigida entonces por el bueno de Arsenio Fernández de Mesa, había tiroteado a personas desesperadas que buscaban penetrar a nado nuestra frontera. A tanta demagogia se llegó.

La factoría Redondo ha dictado que se cambie el término "devoluciones en caliente" por el de “rechazos en frontera”

La realidad era bien distinta: las devoluciones en caliente habían comenzado en 2005, cuando gobernaba el socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Pero daba lo mismo: ¡que la realidad no te estropee un buen titular!

Ahora las cosas han cambiado. El “Gobierno bonito” de Pedro Sánchez, ese que arrancó yendo a esperar el barco Aquarius al puerto de Valencia para demostrar la humanidad española frente a los salvajes italianos, que no habían permitido desembarcar inmigrantes ilegales en sus costas, no hace “devoluciones en caliente”. La factoría Redondo ha dictado que se cambie el término por “rechazos en frontera” que además se producen no porque haya una crisis migratoria, no, sino porque en Ceuta y Melilla se ha producido una “invasión”.

Total, para eso sirven ese millar de personas que trabajan en La Moncloa cuidando la imagen del líder.

Al final -se verá-, el “relato” monclovita nos colocará al presidente como un “héroe nacional” que para salvar España se ha enfrentado a pecho descubierto a la invasión de las tropas del pérfido Rey de Marruecos. Poco importa que la mayor parte de ese ejército invasor fueran niños que no llegaban a los catorce años y que sorteaban las olas agarrados a un flotador.

Injusticia histórica

Paso en muchísimas ocasiones frente al castillo de Villaviciosa de Odón. Allí vivió todo un rey de España como Fernando VI durante el año antes de morir. Su corte se trasladó a una preciosa población que dista apenas veinte kilómetros de la capital y que todavía en pleno siglo XXI sigue teniendo ese sabor a pueblo que mantiene las esencias buenas de siempre. También en la capilla del castillo estuvo preso Manuel Godoy tras el motín de Aranjuez. Piezas de la Historia de España.

Gracias a uno de los cronistas de la Villa, José María Pardo, incluso me he enterado de que uno de mis antepasados, Blas Beaumont Verdier, un eminente médico de la corte borbónica, precisamente acompañando al rey Fernando VI, compró a mediados del siglo XVIII el palacio de los duques de Gandía (hoy ya no existe, lamentablemente) de la localidad.

Isabel Díaz Ayuso y Margarita Robles, en abril de 2020

Pues bien, siempre pienso lo mismo cuando paso por el castillo: ¿cómo es posible que un “sitio Real” esté cerrado a cal y canto y rodeado de vallas que lo alejan del público general? Resulta que es Archivo Histórico General del Aire y, claro, no puede visitarse. Es una instalación militar. Una pena, desde luego, que deberá resolverse.

Animo a trabajar en ello al nuevo alcalde del PP, Raúl Martin Galán, a Isabel Díaz Ayuso y a Margarita Robles. Tres políticos sensatos y eficientes que sin duda podrían conseguir que una joya histórica de Madrid sea puesta al servicio del interés de los ciudadanos.

Una penúltima cosa al respecto. La habitación donde murió un Rey no puede ser, como es ahora mismo, la sala de fotocopias del archivo. Esto puede resolverlo de forma inmediata el coronel Manuel Luis Fonseca, al mando de esas dependencias del Ejército del Aire.

Insisto, se está haciendo un uso poco apropiado de un lugar cuya utilidad debería repensarse por respeto a nuestra Historia y por el bien de Villaviciosa de Odón. Ya lo del avión Mirage de desguace que hay en sus jardines cercados lo dejo para otro día. Pero prometo insistir.

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