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Sánchez acerca a la etarra Anboto dos días después de visitar el zulo de Ortega

El miércoles el presidente asistió con el Rey a la inauguración del Centro Memorial por las víctimas. El viernes Interior acerca a las cárceles del País Vasco a otros tres terroristas.

Sánchez, esta semana en la réplica del zulo de Ortega Lara.

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La fotografía corrió como la pólvora el miércoles. Un Pedro Sánchez visiblemente impresionado se sumergió en la réplica del impresionante zulo en el que ETA tuvo secuestrado 532 días al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. Fue durante la solemne inauguración del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.

Sánchez no habló. El protocoló centró todo el protagonismo en el Rey Felipe VI, que pronunció un aplaudido discurso en el que subrayó que las víctimas de ETA son uno de los "pilares de nuestra democracia". Una reflexión que Sánchez y su ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, escucharon en silencio. No son pocos los que censuraron el paripé del presidente del Gobierno en el zulo etarra mientras ha convertido a Bildu es uno de sus socios preferentes.

Apenas 48 horas después, Sánchez ha indignado de nuevo a las víctimas con una vuelta a las andadas que no deja de ser una humillación a los que se emocionaron el miércoles con el acto de reconocimiento en Vitoria.

No solamente porque el Gobierno no haya tenido el decoro de aplazar este nuevo viernes de acercamientos con la inauguración del centro de la memoria aún presente. Más aún, porque ha concedido sus beneficios a un icono terrorista, una de las más sanguinarias jefas de la banda, Soledad Iparraguirre, Anboto.

El Ministerio del Interior ha acercado a cárceles más próximas al País Vasco a otros tres presos de ETA que cumplen condena por delitos de terrorismo, entre ellos los asesinos de Ernest Lluch y Tomás Caballero. También será trasladada a Álava Soledad Iparraguirre, la histórica exjefa de la banda con varias condenas recientes y causas abiertas en la Audiencia Nacional.

La Asociación Víctimas del Terrorismo ha criticado el acercamiento para una terrorista con su historial delictivo y varias causas aún pendientes con la justicia, en las que están personados como acusación popular. "Va a ser acercada con sus familiares sin haber colaborado con la justicia y sin mostrar ningún tipo de arrepentimiento, algo que ya hemos podido comprobar en primera persona en nuestra asociación en sus últimos juicios", han denunciado.

Iparraguirre sí tiene causas pendientes en España como la colocación en 1987 de un artefacto explosivo trampa a las puertas de un bar de una localidad guipuzcoana de Escoriza, con el que buscaba causar la muerte de los guardias civiles que acudiesen a desactivarlo.

La sanguinaria etarra Anboto, en uno de los múltiples juicios por su trayectoria terrorista.

Anboto -que prestó su voz para comunicar el final de ETA-tiene aún pendientes seis juicios por celebrar.

Moncloa también ha dispuesto el traslado de dos presos de ETA hasta la cárcel de León. Uno de ellos es José Ignacio Cruchaga, actualmente en Almería. Ingresó en prisión el 16 de enero de 2001 y cumple una condena acumulada de 30 años por los delitos de atentado, asesinatos y homicidio, entre otros. No cumplirá las tres cuartas partes de su condena hasta julio de 2023.

En 2002 la Audiencia Nacional le condenó a 54 años de prisión como responsable del asesinato de Juan Miguel Gervilla y a 33 años de prisión como autor del asesinato de Ernest Lluch. Además, en el 2003 fue condenado a 34 años y 6 meses de prisión como autor del atentado que acabó con la vida de José Luis Ruiz Casado.

El último etarra premiado este viernes es Alberto Viedma. Está en la cárcel de Almería e irá a la de Topas (Salamanca). Cumple una condena de 30 años por los delitos de asesinatos, homicidio en grado de tentativa, pertenencia a banda armada y depósito y tráfico de armas.